El aborto espontáneo es la principal causa de pérdida del embarazo. Entre un 10 y un 15% de los embarazos confirmados se pierde. Pero se sabe que el porcentaje real de abortos espontáneos es incluso mayor, ya que muchos pasan desapercibidos, pues ocurren antes de que la mujer ni siquiera sepa que está embarazada. Esto es así porque la mayoría tiene lugar muy al principio de la gestación, antes de las ocho semanas; dado que la expulsión del feto se produce con un sangrado, suele confundirse con la menstruación normal.
La cosa se complica cuando nos enfrentamos a un aborto espontáneo de repetición. Se denomina así a la pérdida de dos o más embarazos consecutivos antes de la semana 20 de gestación. Según la Sociedad Española de Fertilidad, se estima que entre el 2 y el 5% de las mujeres sufre este problema. A pesar de su incidencia, en la mayoría de los casos se desconoce por qué se producen. Entre las causas que sí conocemos, la principal es genética o cromosómica, presente en uno de cada dos abortos espontáneos de repetición.
Igual que sucede con otros aspectos de la salud reproductiva de la mujer, también aquí la edad es un claro factor de riesgo. La probabilidad de sufrir un nuevo aborto en mujeres menores de 30 años es inferior al 25%, mientras que en las mujeres de 40 años o más el riesgo se dispara a entre el 50 y el 60%. La buena noticia es que los avances en reproducción humana asistida representan hoy un gran aliado para estas mujeres mayores de 40 años que han sufrido abortos espontáneos de repetición y que persisten en su deseo de ser madres.
Diagnóstico genético preimplantacional
Así lo parece avalar, entre otros, un reciente estudio realizado por la doctora Yolanda Cabello, directora del laboratorio de la Unidad de Reproducción Humana Asistida del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid, y que ha sido dado a conocer en un encuentro internacional organizado por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE, por sus siglas en inglés).
La clave está en el denominado diagnóstico genético preimplantacional. Esta técnica consiste en estudiar el ADN de embriones humanos fecundados in vitro para seleccionar los que cumplen determinadas características o -como sería el caso- eliminar los que portan algún tipo de defecto congénito.
El objetivo del estudio fue comparar el porcentaje de abortos con causa genética en población estándar con embarazos espontáneos sin técnicas de reproducción asistida, frente al porcentaje de anomalías cromosómicas detectadas después de realizar el mencionado diagnóstico genético preimplantacional en embriones de mujeres sometidas a fecundación in vitro (FIV).
“No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos”, concluye la doctora Yolanda Cabello, “y aunque la población que utiliza FIV es subfértil, los porcentajes de anomalías cromosómicas por grupos de edad son los mismos que en la población que espontáneamente queda embarazada”.
Las mujeres mayores de 40 años constituyen el grupo con mayor riesgo
La segunda conclusión del trabajo es la que puede proporcionar una solución al problema de los abortos espontáneos de repetición en mujeres mayores de 40 años que, como hemos visto, constituyen el grupo con mayor riesgo.
Según explica la especialista de Ruber Juan Bravo, “nuestro estudio sugiere que la fecundación in vitro con diagnóstico genético preimplantacional podría usarse para conseguir un embarazo lo más pronto posible, evitando abortos innecesarios debido a casusas genéticas, dado que sólo se implantarían embriones genéticamente sanos”. Una alternativa al deseo de ser madre superando las barreras genéticas y de la edad.