En el año 2008, un grupo de investigadores encontró los restos de un fémur bastante bien conservado en la orilla del río Irtish, cerca del asentamiento de Ust’-Ishim, en la Siberia occidental. En este lugar se habían hallado muchos fósiles de vertebrados del Pleistoceno medio, acumulados en las bancadas del río y erosionados durante miles de años, pero este hueso incompleto tenía algo especial.
El equipo de Janet Kelso y el paleontólogo Svante Pääbo presentan esta semana en la revista Nature el análisis de genoma del propietario de este fémur y el resultado indica que se trataba de un humano anatómicamente moderno, que vivió hace 45.000 años y que representa a la población que habitó en esta zona antes de que se distribuyeran hacia Europa y la parte más extrema del continente asiático.
La relación entre ambas especies de humanos pudo suceder hace unos 50.000 años.
El trabajo, explican en Nature, ofrece una nueva perspectiva sobre los primeros pasos de los humanos modernos tras salir de África y ayuda a acotar las fechas en que sapiens y neandertales intercambiaron material genético. En concreto, este fósil representa el resto humano más antiguo datado fuera de África y Oriente Medio y los científicos creen, tras analizar su genoma, que la hibridación se remonta a entre 7.000 y 13.000 años antes de su época, de modo que la relación entre ambas especies de humanos pudo suceder hace unos 50.000 años.
Las estimaciones anteriores abrían una percha temporal para este suceso de entre 37.000 y 86.000 años, de modo que el genoma del hombre de Ust’-Ishim ayuda a acotar estas fechas y sitúa la hibridación en la misma época en que los Homo sapiens se estaban expandiendo por Asia y Europa.
Referencia: Genome sequence of a 45,000-year-old modern human from western Siberia (Nature) DOI: 10.1038/nature13810
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