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Veinticinco años del duelo copero más espectacular entre Barça y Atleti

En días como estos donde se juegan interesantes eliminatorias de la Copa del Rey nada mejor que rememorar aquí uno de esos duelos coperos que todavía emociona a los aficionados

  • Juan Antonio Pizzi marcó el 5-4 casi al final.

En días como estos donde se juegan interesantes eliminatorias de la Copa del Rey nada mejor que rememorar aquí uno de esos duelos coperos que todavía emociona a los aficionados al fútbol porque pervive en sus memorias. Es difícil que no perviva en ellas, porque fue un partido abierto en canal, casi enloquecido, con múltiples alternativas, de esos que hacen afición, con hasta nueve goles marcados. El Barça remontó y tumbó al Atleti (5-4) pero ambos hicieron historia.

Los dos rivales habían empatado a dos en la ida, disputada en el ahora añorado Vicente Calderón. La vuelta se jugó en un Campo Nou abarrotado el 12 de marzo de 1997, pronto hará 25 años. El equipo azulgrana, entrenado por Bobby Robson y con el joven Ronaldo como gran estrella, buscaba vengarse del Atleti de Radomir Antic, que había ganado el doblete la temporada anterior. En el palco, como curiosidad, estaba Louis Van Gaal, que se haría cargo del Barça meses después.

Durante el primer tiempo los colchoneros dieron una lección a los locales. El principal profesor de la clase fue Milinko Pantic, que anotó los tres goles (el primero tras cantada de Vitor Baía, el segundo con un gran lanzamiento desde fuera del área y el tercero de penalti) con que el Atleti dominaba el marcador al descanso. Un 0-3 que parecía imposible de remontar. El Barça de los Guardiola, De la Peña, Figo o Luis Enrique estaba sentenciado.

En la segunda temporada se acabaron la táctica y el orden. En gran medida porque en el minuto 40, aún en el primer período, el entrenador inglés -tres títulos en su única temporada- metió en el campo al veterano Stoichkov y al tanque Juan Antonio Pizzi en lugar de Blanc y Popescu. Nada más volver de los vestuarios Ronaldo acortaba distancias. Y tres minutos después repetía. Marcador de 2-3 y 40 minutos por jugar. Otra vez todo abierto.

Apenas un minuto después, en el 51, Pantic lograba su cuarto gol tras otro regalo del portero azulgrana. Jarro de agua fría para los culés, que necesitaban tres goles para echar de la competición a Caminero, Kiko y compañía. Corría el minuto 67, con un Barça atacando a la desesperada y un ordenado Atleti defendiéndose bien, cuando Figo enganchó una volea espectacular para acortar distancias.

Ese gol dio aire a los azulgranas que, capitaneados por Guardiola y liderados por un De la Peña en uno de sus mejores partidos en el Barça, empujaron de nuevo en busca del milagro. El nueve brasileño se guisó y se comió una gran jugada y cerró su hack trick para empatar a cuatro en el 72 y desatar la locura en el estadio de la Ciudad Condal.

También se desataba la locura, aunque en otro sentido, en el banquillo azulgrana porque, según desveló tiempo después Stoichkov, el sir Robson ordenaba a sus jugadores cerrar atrás pese a que con ese resultado estaban eliminados. Actuaba así porque desconocía que en la Copa también funcionaba la vieja norma del mayor valor de los goles en campo contrario en caso de empate. El caso es que los jugadores hicieron caso omiso de esas indicaciones erróneas y se fueron a por el quinto con aún más desorden que antes.

Era un asedio. Hasta que a 8 minutos del final Abelardo remató, Molina atajó en una gran parada y, aprovechando el rechace, Pizzi marcó el noveno y último gol de la noche. Con el Atleti volcado para lograr el empate y la clasificación, incluso pudo llegar el sexto del Barça. Pero el marcador, que ya se había movido bastante, se quedó en un 5-4 tan imprevisible como espectacular. Una oda al fútbol ofensivo que todos los aficionados recuerdan.

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