No es ningún sueño. La selección masculina de fútbol de España se ha vuelto a proclamar campeona olímpica. 32 años después y con otra generación que promete dominar la historia de otra era de lo que se conoce como el deporte rey. Lo hizo con una sufrida victoria por 5-3 ante el combinado de Francia, gracias a un doblete de Fermín López y a otros dos goles decisivos de Sergio Camello, merced a dos icónicas vaselinas logradas durante la prórroga. Mucho sufrir.
En el digno Parque de los Príncipes, a tenor de una final repleta de alternancias en el ritmo de juego y en el electrónico, los pupilos de Santi Denia neutralizaron dos veces las reacciones de un duro rival y sumaron oficialmente la décimo cuarta medalla para la delegación española en estos Juegos Olímpicos. Es la tercera presea de oro.
Un partido como los de antes: pura garra
¡Hoy era el gran día! Tres años después, cambiando Tokio por París, la selección masculina de fútbol volvía a estar en la final de unos Juegos Olímpicos. Esta vez su rival era Francia, que jugaba en casa con el apoyo de toda su afición. El Parque de los Príncipes sería una auténtica caldera, pero España ya sabía qué es eso tras los ánimos que recibió Marruecos, su rival en las semifinales olímpicas, durante el encuentro de semifinales. Ahora, esa presión no jugó en su contra.
Desde el fondo, el legado logrado en la inolvidable e histórica cita de Barcelona 1992 y sus 22 medallas. Esta vez tuvo más suspense del previsto, pero encumbró a Fermín López en un verano soñado para el centrocampista blaugrana después de conquistar también, junto con Álex Baena, la Eurocopa de Alemania. Ambos pasaron a engrosar el libro de la historia balompédica, pues ya son los únicos jugadores, junto al francés Albert Rust, que presumen de lograr un oro en el continental y en los Juegos en el mismo año. Otra gesta histórica.
La gloria olímpica no fue una fácil para el grupo de Santi Denia, que nadó a contra corriente en un ambiente hostil. La anfitriona, que ambicionaba igualmente ese oro que unir al de Los Ángeles 1884, ejerció de eso y les avasalló en los primeros diez minutos, en los que el control y las ocasiones fueron de los pupilos de Thierry Henry.
En cambio, el gol llegó en un mal despeje de Baena que acabó en los pies de Millot y su disparo acabó en el 0-1 en el minuto 11, después también de un error de Tenas. Lejos de dejarse amedrentar, España piso el acelerador y en diez minutos volteó el partido. Un inspirado Fermín remató de primera una asistencia desde la derecha de Baena para igualar (1-1), primero, y para adelantar después (2-1) al remachar un rechace de Restes al disparo de Abel.
Después, un cabezazo del ariete del Crystal Palace Mateta, un incordio para los centrales Eric García y Pau Cubarsí, en un saque de esquina fue la respuesta francesa a la remontada hispana. El remache lo puso Baena, con un golpe franco que sorteó la barrera y entró junto al poste derecho de Restes. Además, Arnau Tenas logró resarcirse con el paso de los minutos, con todo tipo de salvadas.
Prórroga y Camello campeona a España
Sin nada que perder, Francia se echó encima del área de Tenas. Un remate al larguero de Koné en el inicio de la segunda parte fue el prólogo del acoso local, del que no se desperezó una España que perdió el control y que parecía haberse olvidado jugar al fútbol.
Santi Denia sacó del campo al MVP, Fermín López, poco antes de que Francia recortara en una falta, en principio, inofensiva que se envenenó y que Akliouche embocó (3-2) en la portería de un Tenas salvador en los minutos anteriores. Todo ello a poco más de diez minutos para que el brasileño señalara un final que llevó gran enredo.
Una ocasión de Sergio Gómez, perdonada en el 88', que cruzó en exceso pudo evitar lo que vino después. Un penalti pitado por el brasileño Ramón Abatti tras consultar el VAR por un presunto agarrón de Miranda a Kalimuendo fue convertido por Mateta para forzar la prórroga en un Parque de los Príncipes enloquecido.
Turrientes envió un disparo al larguero poco después, pero la susa fortuna le fue esquiva a España hasta ese momento, que se vio igualar en una final en la que había tenía el monólogo en la primera parte hasta que se encerró en su área para defender esa leve renta.
Tras la reanudación del juego, España recuperó su fútbol en medio de la tormenta. Adrián Bernabé asistió a Sergio Camello, quien, con una vaselina sutil, silenció en el minuto 100 a la hinchada francesa mientras hacía una ola global que removió los 46.000 asientos. Después, otro pase larguísimo con la mano de Tenas sentenció el 5-3 con una 'cuchara' para los anales olímpicos casi al final del duelo.
El resto es historia. Ninguno de los internacionales hacía nacido cuando España logró aquel oro en Barcelona 1992. Aquellos jóvenes como Ferrer, Solozábal, Guardiola, Luis Enrique, Alfonso y Kiko que se coronaron en el Camp Nou han dado paso a una nueva hornada liderada por Fermín, Baena y Cubarsí que se tomaron la revancha del balón que se le resbaló a Arconada en el mismo escenario. Glorioso.
