Se lamentaba el gaditano grupo FRAC en su recomendable tema Odio eterno al fútbol moderno de la industrialización que el fútbol internacional sufrió a partir de la entrada del nuevo siglo. Apareció el marketing, las giras asiáticas, la publicidad y la doble faceta del jugador, que ahora además de meter goles debe actuar como modelo para vender camisetas y salir en anuncios. Incluso se lamentaban de que ahora -y antes- la Primera División lleva el nombre de un banco. Toda esta mercantilización del fútbol se ha mostrado de forma más encarnada en el mercado de fichajes. Cifras desproporcionadas por jugadores desconocidos y sin apenas trayectoria, fichajes de ida y vuelta y futbolistas que pertenecen a fondos de inversión y que no pueden decidir su destino.
Antes de la entrada del nuevo siglo, el fichaje de Denilson por el Betis ostentaba el record histórico para un traspaso. 31 millones de euros. Un dato que habla de lo mucho que ha cambiado el fútbol. Por un lado, esa es la cantidad que un club como el Barça se ha gastado en Samuel Umtiti, un defensa de 22 años poco conocido que viene para ser suplente. Pero por el otro, esa cifra gastada en un solo jugador supera lo que el Betis se ha gastado en los siete anteriores mercados de fichajes, 28 millones de euros.
Florentino da la salida con Luis Figo
El de Luis Figo fue el primer gran fichaje del siglo, e indicaba toda la tónica que iba a seguir. El Real Madrid era el vigente campeón de Europa, algo que dificultaba mucho la elección de Florentino Pérez como presidente de la entidad en las elecciones que estaban convocadas para ese verano. Solo un golpe de efecto podía hacer cambiar la tendencia conservadora del socio madridista, y ese fue el más duro. 60 millones de euros (10.000 de las antiguas pesetas) por vestir de blanco a la gran estrella del eterno rival. Florentino ganó los comicios y Figo vistió de blanco. Ese mismo verano la Lazio pagó 51 millones por Crespo.
Sin embargo a Figo no le duraría mucho el record. Un verano después Florentino Pérez volvía a reventar el mercado con 76 millones de euros a cambio de Zinedine Zidane. Una cifra nunca antes vista y que disparó hasta los 414 millones de euros el coste de los diez fichajes más caros del verano. En ese mercado también se marcó otro hito: la Juventus pagó 53 millones de euros por un portero, Gianluigi Buffon, una cifra aún no superada por un guardameta.
Con el Madrid ganando de nuevo la Copa de Europa, y lo que era más importante, la primera de Florentino, el ritmo bajó. El conjunto blanco fichó a Ronaldo pero a un precio mucho menor, 45 millones de euros, y después a David Beckham por 25. El gran hito lo marcó el Manchester United en 2002, batiendo el record absoluto de pago por un defensa con los 47 millones de euros que le dio al Leeds United por Rio Ferdinand. Mientras los anteriores dominadores aflojaban, dos grandes competidores de la próxima década comenzaban a estructurarse: el primero el Barcelona, que se gastaba 30 millones de euros en fichar a Ronaldinho, el segundo el Chelsea londinense, un equipo humilde y con poca historia ganadora que bajo la inversión del multimillonario ruso Roman Abramóvich comenzaba a sentar las bases para conquistar Europa. 170 millones en Adrian Mutu, Makelele, Crespo y Duff. Y solo era el inicio.
Millonarios en la Premier
El verano de 2004 un terremoto sacudió la Premier League. José Mourinho llegaba al multimillonario Chelsea y con él una base de jugadores del Oporto con los que acababa de ganar la Champions League. En total, 150 millones de euros gastados en Robben, Drogba o Carvalho, cifra que sumar a los 170 del año anterior. Además, el Manchester United marcaría otro hito: pagaban 29 millones por un chaval de 18 años llamado Wayne Rooney. El ritmo en el barrio de Londres no iba a parar en los próximos años. 90 millones en 2005 por Wright-Phillips o Essien y otros 96 en 2006 por Shevchenko, Ballack o Mikel. Todo por conseguir una Champions que se seguía resistiendo.
En Madrid, Florentino hacía un último esfuerzo por mantener vivo un proyecto acabado. Cláusula mediante, se hacía con Sergio Ramos por 27 millones y gastaba más de 100 en total en jugadores como Robinho o Baptista. Finalmente Florentino dimitió, y la llegada de Ramón Calderón al palco blanco trajo consigo otra multimillonaria reconstrucción, aunque más eficaz. Con más de 100 millones de euros el Madrid se hizo con Pepe, Sneijder, Robben, Higuain, Marcelo o Gago, una buena base para el proyecto futuro de la entidad.
Fernando Torres se convertía en el español más caro de la historia, marchándose por 36 millones de euros al Liverpool, y otro gigante comenzaba a asomar la cabeza en Inglaterra. El Manchester City, con capital árabe, entraba con fuerza en el mercado europeo. Era el primer jeque del fútbol internacional y de una tacada se gastaba 150 millones en Robinho, Barry, De Jong y Jo Alves. El Manchester United tampoco se quedaba atrás pagando 45 kilos por Berbatov. Con permiso del Madrid, estaba claro que la Premier tenía la delantera. El Zenit de San Petesburgo ruso se hacía con Danny por 30 millones de euros y comenzaba a mostrar el despertar del Este.
Vuelve Florentino y el "imperialismo"
El retorno de Florentino Pérez lo disparó todo. El Barça de Guardiola acababa ganar el triplete y de golear al Real Madrid, que era un páramo. En esa situación el antiguo presidente del club blanco regresó y regeneró hasta la médula la entidad. 94 millones por Cristiano Ronaldo y 65 por Kaka. En total, más de 200 kilos si sumamos las incorporaciones de Karim Benzema, Xabi Alonso, Raúl Albiol y Álvaro Arbeloa. El precio de los 10 fichajes más caros del año, que llevaba estabilizado desde 2002 en torno a los 200 millones, volvió a dispararse hasta los 420 en este 2009. Joan Laporta, presidente del Barça, tachó a Florentino de "imperialista y prepotente", pero él también contribuyó al despilfarro con el fichaje del sueco Zlatan Ibrahimovic por 45 millones de euros, en una operación en la que además envió a Samuel Eto'o al Inter de Milán, y con la llegada del desconocido central Dmitro Chygrynskiy por 25.
El año siguiente volvió a ser el Barça quien protagonizó el traspaso más elevado del mercado. 40 millones por David Villa, aunque la operación fue en base amortizada con las marcha de Toure Yaya al Manchester City y de Ibrahimovic al Milán. Fernando Torres volvía a convertirse en el español más caro de la historia gracias a su fichaje por el Chelsea por 57 millones y el Real Madrid seguía sorprendiendo con la incorporación del semidesconocido Fabio Coentrao por 30 kilos.
Los jeques llegan a Francia
Las inversiones árabes también llegaban al fútbol francés, y lo hacían a las dos ciudades de más relumbrón: París y Mónaco. Pero los proyectos serían muy dispares. El PSG consiguió formar un equipo campeón gracias a las millonarias incorporaciones de Thiago Silva (45), Ibrahimovic, Lucas Moura o Lavezzi. En total, 150 millones de gasto para devolver a los parisinos a la élite. Distinto fue todo en el Principado, aunque el gasto fue mayor, los fichajes de Falcao, James Rodríguez, Moutinho, Berbatov, Kondogbia, Carvalho o Abidal solo consiguieron clasificar al equipo para la Champions y practicamente desintegrarse una temporada después. La única competencia del Paris Saint Germain desaparecía y éstos seguían potenciando su club. 64 millones por Cavani y 50 por David Luiz, el defensa más caro de la historia hasta la fecha.
En Rusia la locura continuaba. El Zenit se gastaba 60 millones de euros en el brasileño Hulk y otros 40 en Witsel, mientras que el desconocido Anzhi Makhachkala se hacía a golpe de talonario con la estrella camerunesa Samuel Eto'o, además de Willian o Lass Diarra. Javi Martínez era el segundo español más caro al marcharse por 40 millones al Bayern de Munich.
Las temporadas de la locura
Los últimos cuatro veranos son los cuatro más caros de toda la historia del fútbol. Si analizamos únicamente los diez fichajes más costosos, el de 2015 con 519 se imponía por 10 millones al de 2013, aunque muy probablemente sea éste último el vencedor real si asumimos que Neymar costó mucho más de los 57 millones que ha reconocido el Fútbol Club Barcelona. En ese verano Florentino volvió por todo lo alto, haciéndose con Gareth Bale por 91 kilos. Un año después, con ocasión del Mundial, los precios bajaron. Aún así en 2014 se gastaron 453 millones en jugadores como Luis Suárez o James Rodríguez, con los que Barça y Madrid reconstruían definitivamente sus equipos con los que han ganado las tres últimas Copas de Europa.
El año pasado fue la locura definitiva. Por un jugador semidesconocido como Anthony Martial el Manchester United pagó 50 millones de euros, que podría llegar hasta los 80 si cumplen las variables. De Bruyne y Sterling al City por 74 y 62 respectivamente o Di Maria al PSG por 63 contribuyeron a que el mercado se disparase. Aunque la última gran sorpresa llegó el pasado invierno desde la liga de China. Después de recibir una gran cantidad de dinero de las televisiones, los clubes chinos se lanzaron de lleno al mercado gastándose más de 210 millones en sus diez fichajes más caro, entre los que se encuentra Alex Teixeira, Jackson Martinez, Ezequiel Lavezzi o Freddy Guarín. Pero la plusmarca ya se ha batido este verano, cuando el SIPG de la Superliga China ha pagado 58 millones de euros al Zenit a cambio del brasileño Hulk, convirtiendo al delantero en uno de los jugadores más caros de la historia.
2016, la plusmarca del derroche pese a la Eurocopa
Curiosamente, es una tendencia que se repite desde que comenzó este siglo. Los años en los que Europa está pendiente de un gran torneo de selecciones el gasto es menor. En ello influye principalmente que estos torneos permiten que emerjan jugadores menos conocidos y pertenecientes a equipos menores, en ocasiones con contratos más precarios. Los grandes clubes se fijan en sus habilidades y pueden cubrir sus necesidades con menos gasto. En año de Eurocopa o Mundial hay más movimiento de jugadores, pero algo más barato. La mejor prueba es el año 2010, en el que España fue campeona mundial en Sudáfrica. En los 10 fichajes más caros se gastó 255 millones, mientras que el año previo la cifra fue de 420 y el posterior de 370. Para el 2012, un nuevo año de éxito español en la Eurocopa, la cifra volvió a bajar hasta los 316.
Sin embargo, y a pesar de que este verano hemos tenido Eurocopa, el record ha saltado por los aires. La llegada de Pogba al Manchester United por 110 millones de euros se ha convertido en el fichaje más caro de la historia, y la de Higuain a la Juventus por 90 kilos es la cuarta incorporación más cara. También en cuestión de defensas se ha batido el record tras los 55 kilos que ha desembolsado el City de Guardiola por John Stones. En total, se han pagado 565 millones por los 10 jugadores más caros del mercado. Siete fueron de la Premier, dos del Calcio y uno de la emergente Superliga China. Ninguno de los grandes fichajes lo hizo un conjunto español, cosa que se puede leer de dos maneras. Por un lado, la superioridad de nuestros equipos es tan grande que apenas pueden mejorar, pero por el otro la capacidad económica española podría estar empezando a verse opacada por las grandes potencias británicas.