Hace un mes que el coronavirus invade las noticias. Lo que nació como un problema con epicentro en Wuhan, una ciudad china hasta entonces desconocida por los españoles, hoy es una epidemia mundial que acumula miles de muertos y decenas de miles de infectados en varios continentes.
A la alarma sanitaria se ha sumado rápidamente la preocupación económica por las consecuencias que el virus puede acarrear. Una de las industrias más afectadas está siendo la de la moda. El brote se ha producido en un momento clave dentro del calendario de este sector ya que en febrero se dan cita algunas de las pasarelas internacionales más importantes del mundo y además es el momento en que, finalizadas las rebajas, la nueva producción con las colecciones de verano comienza a ser servidas en los puntos de venta.
Desde Vozpópuli vamos a hacer una batida por las consecuencias que el coronavirus está produciendo dentro del sector así como los efectos que va a conllevar a corto y medio plazo.
Las pasarelas internacionales en el punto de mira
La primera damnificada por el coronavirus fue la Semana de la Moda de Shanghái, la cual fue anulada y pospuesta a otra fecha que aún está por determinar. Ésta no ha sido la única cita importante que se ha tenido que anular en China. Chanel tenía previsto realizar un desfile a finales de mayo que también ha sido cancelado. Según un comunicado de la maison francesa: "Teniendo en cuenta la situación actual, y siguiendo las recomendaciones de las autoridades chinas, Chanel ha decidido posponer su desfile en Pekín en mayo hasta un momento más tardío y apropiado".
Otro punto caliente en el mapa es Italia, país que ha visto una rápida propagación del virus en los últimos días. La noticia de los primeros muertos en Italia llegó en plena celebración de la Semana de la Moda de Milán. Ahora el problema se palpaba mucho más cerca de casa, ya no era un problema asiático sino que teníamos un nuevo epicentro en pleno corazón de Europa.
Giorgio Armani fue uno de los primeros diseñadores en tomar la determinación de modificar su desfile. No llegó a cancelarlo, optó por retransmitirlo por Instagram a puerta cerrada sin asistentes en el público. La firma italiana informaba de la siguiente manera a través de un comunicado: "El señor Armani ha decidido que quiere salvaguardar el bienestar de todos sus invitados al no hacer que asistan a espacios llenos de gente". Armani no fue el único, la diseñadora italiana Laura Biagotti tomó la misma decisión y su desfile fue realizado igualmente sin invitados presentes.
Lo problemático no es que el coronavirus pudiera propagarse por Milán, sino que en esta ciudad se dan cita durante esa semana las principales figuras de la moda a nivel internacional con las mejores modelos, estilistas y directoras de revistas que, tras las jornadas de desfiles, vuelven a sus países de origen. Un ejemplo es la modelo Bella Hadid que desfiló en Milán y que compartió una imagen en su Instagram haciendo uso de una mascarilla en su vuelo de rumbo a la semana de la moda de París.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Bella 🦋 (@bellahadid) el 23 Feb, 2020 a las 12:00 PST
París, desfiles vacíos y con mascarillas de regalo
París es la siguiente parada internacional de las grandes pasarelas después de la celebración de Nueva York, Londres y Milán. ¿Cómo le ha afectado el coronavirus a la capital francesa? De primeras, con la baja de numerosas firmas que tienen su sede en China como son Masha Ma, Shiatzy Chen, Jarel Zhan, Calvin Luo, Maison Mai o Uma Wang.
Pero lo preocupante no está sólo en las marcas que dejan de participar, sino en los compradores que dejan de viajar y asistir a los desfiles. China es uno de los principales mercados para la industria del lujo y los compradores procedentes de este gigante asiático no se han podido trasladar a París por las estrictas normas impuestas por su país y por las limitaciones en el tráfico.
No me beses, que vengo de Milán
La Federación de Alta Costura y Moda que organiza la pasarela parisiense, descartó anular el calendario a principios de semana porque la epidemia aún no había llegado a Francia. Sólo cinco días después, con casi 40 casos en el país y con la mitad de los periodistas y compradores procedentes de Milán, algunos eventos han sido cancelados por precaución.
Los que han decidido asistir a los desfiles parisinos se están encontrando con una edición de lo más variopinta desde el primer momento en que pisan las instalaciones. Los saludos más habituales durante esta semana están siendo frases como "No me beses, que vengo de Milán" o "Mejor no nos damos la mano" mientras que se mira con recelo cuando los dos metros de distancia recomendada se ve violada.
Lo normal en un desfile es despedirse con un regalo de la firma pero este año el presente se ha dado a la llegada. Paco Rabanne y Dries Van Noten regalaban mascarillas a las llegadas de sus eventos, y muchos otros ponían dispensadores de gel desinfectante en los accesos. La joven diseñadora Marina Serre iba un paso más allá y entregaba mascarillas a juego con los diseños que se veían en su pasarela.
Falta muchísima gente, sobre todo chinos
"A río revuelto, ganancia de pescadores", dice nuestro refranero. Ante la oleada de anulaciones de confirmaciones de asistencia a los desfiles, los organizadores han tenido que regalar entradas a personas que normalmente no consiguen invitación para eventos de esta envergadura. Lo importante es que las gradas no se vean vacías, da igual con quién se rellene. En el desfile de Loewe, una trabajadora de la empresa reconocía que "Falta muchísima gente, sobre todo chinos". De la misma manera, la presentación de Dior se veía mucho más vacía de lo habitual.
Aún así, algunos rostros conocidos no han querido faltar a la cita aunque lo han hecho con sus precauciones. La actriz Gwyneth Paltrow, por ejemplo, hacía público en sus redes sociales su dress code para la semana de la moda de parís: una mascarilla negra.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Gwyneth Paltrow (@gwynethpaltrow) el 26 Feb, 2020 a las 2:59 PST
Retrasos en las tiendas
Los desfiles de las grandes firmas no son los únicos infectados por el coronavirus. Las marcas masivas en las que todos compramos también se están viendo perjudicadas por la epidemia ya que muchas ellas producen sus prendas en el país asiático. Un buen ejemplo es Primark que ya está estudiando trasladar su fabricación de China a otros lugares si los retrasos que está produciendo el virus se prolongan en el tiempo. Para calmar los nervios, la compañía ha explicado a través de un comunicado que a día de hoy se encuentra "bien abastecida" para seguir operando durante los próximos meses y que no prevé un "impacto a corto plazo".
Pero no tenemos que fijar nuestra atención en una compañía extranjera, también las marcas españolas se están viendo afectadas. Tres de las grandes asociaciones de profesionales del sector como Asecom, Fedecon y ModaEspaña, ya han comunicado que no descartan trasladar su producción a otros países como Turquía, Marruecos, Portugal, o incluso traerla a España, por el peligro de que "se genere un retraso en la producción".
Los clientes no vamos a sentir las consecuencias en los primeros meses ya que, tal como nos comentaba a Vozpópuli Eduardo Zamácola, presidente de la patronal del textil Acotex, la colección primavera - verano "está salvada y no hay riesgo de desabastecimiento" puesto que salió en diciembre y ya se encuentra en los almacenes de las marcas. Los temores llegan al pensar en las siguientes colecciones, las del próximo otoño, que deberían de estar fabricándose en estos momentos.
Los impactos comenzarían a palparse a principios del verano
Otro ejemplo es el grupo español Tendam, paraguas textil que engloba marcas como Cortefiel, Springfield, Pedro del Hierro o Women´Secret. En China fabrican el 30% de sus prendas donde poseen casi un centenar de diferentes proveedores. Desde la compañía estiman que, de no solucionarse el problema, los impactos comenzarían a palparse a principios del verano.
Ante este panorama incierto, es normal que las marcas españolas estén pensando en tomar soluciones preventivas. La principal es trasladar la fabricación a países alternativos a China como Birmania o Tailandia. Otra alternativa es cambiar el modo de trasporte, del habitual marítimo al aéreo, más caro pero más rápido. ¿Veremos estos cambios repercutidos en los precios de las prendas?
La prensa de moda bajo mínimos
Como ya hemos comentado, Milán es uno de las capitales mundiales de la moda y a su semana de la moda asisten lo más granado de la prensa de todos los países, incluida la española. Estilistas, editoras, directoras de moda y directoras de revistas de las principales cabeceras especializadas suelen acudir a estos desfiles y la expansión del virus en el norte de Italia les ha afectado en primera persona.
Durante estos días las revistas de moda están preparando los números de abril y mayo, por lo que es habitual que estas semanas las estilistas viajen a lugares paradisiacos para fotografiar las editoriales de moda de baño. Este año iba a ser igual, todo estaba organizado para estos viajes pero en el último momento se están retrasando o cancelando por la imposibilidad de poder garantizar que todo el equipo se encuentre libre de cuarentenas y puedan viajar. ¿Cuál será el resultado? Este será un año el que veremos a pocas modelos lucir bañadores en playas y paisajes tropicales, la mayoría de estas fotos serán hechas en estudios de Madrid.
No sólo las estilistas viajan por trabajo a las pasarelas, también lo hacen los profesionales de las marcas. Inditex ha tenido que poner en cuarentena a algunos de sus trabajadores que viajaron a Milán por el riesgo de que hubiesen contraído el virus y lo propagasen por los diferentes equipos de la compañía gallega.
A la espera de ver cómo evolucionará la expansión de la epidemia, nos enfrentamos a un futuro lleno de preguntas. ¿Qué más consecuencias nos deparará el coronavirus en los próximos días? ¿Cómo afectará en nuestras próximas compras? ¿Repercutirán las marcas sus problemas en los precios de venta?