Aunque este mes todas las miradas parecen estar centradas en la princesa Leonor, la reina Sofía ha vuelto a acaparar la atención. Aunque en un discreto segundo plano desde hace años, la madre del rey Felipe VI elige cuidadosamente sus apariciones públicas acudiendo a aquellas con las que siente un verdadero compromiso. Como la celebrada hace unas horas en el Real Casino de Madrid, donde hizo entrega de los Premios Sociales Fundación Mapfre 2023.
Cercana, sonriente y tan elegante como es habitual, la reina Sofía acudió a esta cita, donde además coincidió con la infanta Elena. Aunque llegaron por separado, madre e hija se reencontraron públicamente en este acto al que la infanta Elena acudió en condición de trabajadora de la Fundación Mapfre.
En esta cita, habitual en su agenda anual, la reina Sofía hizo entrega de los galardones de este año al piloto Carlos Sainz, a BrazilFoundation, al Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid y a la inspectora de Seguros del Estado, Pilar González de Frutos.
Aunque los premiados eran los protagonistas de la cita, la reina Sofía acaparó todas las miradas. Concretamente su elegante look, protagonizado por un sencillo pantalón negro y una blazer de color blanco con mangas acabadas en encaje. Pero sin duda alguna, han sido sus numerosas joyas las que han llamado la atención.
La reina Sofía se protege del mal de ojo con sus joyas favoritas, un colorido collar y una pulsera
Apasionada de las joyas, en los últimos tiempos la reina Sofía ha lucido numerosas piezas. Eso sí, unas muy alejadas de las lujosas piezas de su joyero real. Así, la Emérita cuenta con una amplia colección de joyas de bisutería, en las que parece primar el valor sentimental que el lujo. Una colección a la que sigue incorporando adquisiciones y en la que algunas llaman mucho la atención.
En su última aparición, la reina Sofía apareció repleta de collares y pulseras que no pasaron desapercibidos. Así ocurrió con un maxi collar con ojos turcos de diferentes colores, que ya pudimos ver decorando su cuello el pasado mes de agosto en Mallorca, y que parece haberse vuelto imprescindible para ella. Y es que desde hace un tiempo, el ojo turco y sus famosos ‘poderes’ parecen haberse convertido en uno de sus inseparables objetos.
Conocido como ojo turco y de origen antiquísimo, se trata de un amuleto muy popular en Turquía, aunque también Grecia, país natal de la reina Sofía. El ojo turco es un objeto, muy habitual en el día a día de estos países, que protege contra el mal de ojo, las malas vibraciones e influencias negativas como la envidia, que la Emérita también luce en su muñeca en forma de varias pulseras de las que no se separa desde hace años.
Además de ir bien protegida contra el mal de ojo, la reina Sofía también rescató una de sus joyas favoritas, un broche con forma de mariposa que ha lucido en otras ocasiones, y parece ser una de sus piezas más queridas. Con un gran colorido, este broche forma parte de la enorme colección que la Emérita tiene, sobre todo con forma de animales, y que desde hace tiempo siempre luce en cada una de sus apariciones.
El duro momento de la reina Sofía con su hermana Irene
Tal y como decíamos, la reina Sofía vive una discreta vida que tan solo abandona en contadas ocasiones para algún acto público. Junto a ella vive en Zarzuela desde hace años su hermana Irene, con quien afrontó el pasado 10 de enero la muerte de su hermano, Constantino de Grecia. Sin embargo, parece que la madre del rey Felipe se enfrenta ahora a otro duro golpe.
Según ha desvelado la revista ‘Lecturas’, la hermana pequeña de la reina Sofía se enfrenta a una importante pérdida de memoria: “Padece el mal del olvido, lo que ha provocado que se le desdibujen los recuerdos de todo aquello que vivió en su infancia y en su juventud. Pero, es más, los rostros de sus seres queridos, también se vuelven confusos y poco claros”.
