La vida de Tamara Falcó ha dado un giro enorme desde que ganó MasterChef Celebrity (2018). La duquesa de Griñón, desde entonces, se ha convertido en un personaje usual de nuestra televisión y de nuestras revistas de sociedad, sobre todo desde que tiene nuevo nuevo.
La hija de Carlos Falcó e Isabel Presyler, de 39 años, está la mar de feliz con Íñigo Onieva, un atractivo ingeniero con quien comenzó a salir el pasado otoño.
Desde entonces, ambos no se han separado ni un segundo y comparten todo el tiempo libre que tienen, ya sea a solas o con los muchos amigos que tienen en común.
Este fin de semana han optado por lo segundo, y se han dejado de ver muy acarameados en una terraza de Madrid. Tamara llegó al encuentro con los amigos antes que Íñigo, que se unió después de haber salido a correr.
Un piso para verse a solas
Después de este encuentro quizá se fueron a solas a casa de él o al lujoso ático dúplex que Tamara alquiló hace poco en uno de los barrios más de moda del centro de Madrid. El pisito, que cuesta unos 3.000 euros/mes, que está rodeado de restaurantes y tiendas de lujo, lo está usando tanto para trabajar como para vivir a ratos.
Todo apunta a que si su relación con Íñigo sigue adelante, Tamara finalmente se independizará y dejará de vivir en la mansión de su madre, Isabel Preysler, que comparte con su novio, el Nobel Mario Vargas Llosa.
Al respecto, la socialité está a la espera de que le den las llaves de la casa que se ha comprado en una de las zonas más lujosas de la capital, en Puerta de Hierro, zona donde se ha criado. Quizá este sea su hogar definitivo ahora que ya va a cumplir los 40.