La crisis que atraviesan las aerolíneas 'low cost' ha derivado, en el mejor de los casos, como el de Ryanair y Norwegian, en el cierre de bases y recorte de plantillas en los destinos menos rentables para las compañías; aunque también ha abocado a las más pequeñas a la desaparición. Esto, sumado a la incertidumbre que sobrevuela el futuro de IAG, la matriz de Iberia y Vueling, ante un posible brexit sin acuerdo en menos de dos meses, ponen en jaque la conectividad y el tráfico aéreo en Europa.
Este verano la mayor aerolínea de bajo coste europea, Ryanair, ha hecho oficiales sus peores previsiones: el exceso de oferta aérea, la guerra de tarifas, la subida del precio del petróleo y el retraso en la entrega de los polémicos aviones Boeing 737 MAX se saldarán con el cierre de varias bases a partir de enero de 2020. En España afectará a las instalaciones de Gran Canaria, Tenerife Sur, Lanzarote y Gerona, con el despido colectivo de más de 500 empleados y la pérdida de alrededor de 7 millones de plazas, según estimaciones de los sindicatos.
La aerolínea aún no ha avanzado todas las bases en las que llevará a cabo estos recortes, pero fuentes del sector aseguran que echará el cierre en al menos otras once, entre las que se encuentran la del aeropuerto luso de Faro y la de Cork (Irlanda). Sin embargo, Ryanair no será la primera aerolínea 'low cost' que toma esta medida. Norwegian, inmersa en una fuerte crisis financiera tras la pérdida de 145,8 millones en seis meses, ya avanzó a principios de año su intención de cerrar bases en Europa para reducir costes.
De momento, la 'low cost' noruega ha cerrado la base de Palma de Mallorca, tras la "casi todos sus tripulantes se recolocaron en otras bases de la Península, principalmente en Barcelona" y la de corto radio en Roma. A estas se sumará la de Dublín el 16 de septiembre y, previsiblemente, las de Gran Canaria y Tenerife. Norwegian había anunciado el cierre de estas dos últimas pero los sindicatos consiguieron que la aerolínea reconsiderase esta decisión, que aún no es definitiva.
La aerolínea noruega es una de las más afectadas por la prohibición de vuelo temporal de los Boeing 737 MAX, de los que posee 18 unidades, tras el accidente mortal de una aeronave de ese modelo en Etiopía el pasado 10 de marzo y de otro en Indonesia, en octubre de 2018. Sus problemas económicos han despertado rumores sobre posibles OPAs -oferta pública de adquisición- por parte de IAG o Lufthansa, aunque ambas acabaron descartándolas. El banco suizo Credit Suisse, en un informe al que tuvo acceso Vozpópuli, también dudaba que estas operaciones se llevaran a cabo por el gran "desafío" que supondrían.
El balón de oxígeno de la 'low cost' ha sido la venta de su participación (17,5%) en Norwegian Bank a la sociedad Cidron Xingu por 222 millones de euros. Otras no han corrido tanta suerte. En el último año han sido varias las aerolíneas pequeñas que han dejado de operar, como la alemana Small Planet, la danesa Primera Air y la chipriota Cobalt Air en 2018. Germania y la británica Flybmi también se declararon en quiebra en febrero de este año, a las que se sumó un mes más tarde la islandesa Wow Air.
El futuro de Iberia, en el aire
A pesar de que sus beneficios también han caído, los números de IAG, la matriz de Iberia, Vueling, British Airways y Aer Lingus, son más positivos que los de las aerolíneas de bajo coste. Pero el grupo tiene otro quebradero de cabeza: la posibilidad de un brexit sin acuerdo el 31 de octubre. Las aerolíneas deben cumplir con los requisitos de propiedad y control marcados por Bruselas para seguir operando sus rutas en la Unión Europea, entre los que destaca la obligatoriedad de que más del 50% del capital social de la empresa esté en manos europeas.
Todos los operadores del grupo británico han presentado ya sus planes de contingencia ante las autoridades de sus países, pero en el caso de Iberia existe cierta incertidumbre sobre su "españolidad". IAG se escuda en que El Corte Inglés posee la totalidad de los derechos políticos de su sociedad IB Opco a través de la firma Granair, pero el gigante de la distribución ha negado que "ostente el control". Ahora corresponde a la Comisión Europea valorar si mantiene los permisos de vuelo a Iberia y Vueling ante un brexit duro o por el contrario, prohíbe sus vuelos dentro de la UE.
En un informe reciente, el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) reconoce que los "desafíos económicos y geopolíticos" -como las guerras comerciales, el brexit, las facturas de combustible o las demoras en la entrega de aeronaves-, han "desacelerado" el crecimiento del tráfico de pasajeros en Europa. Además, advierte que el tráfico de carga cayó un 7,1% en junio, "el peor dato en más de siete años", una tendencia que podría trasladarse al de pasajeros en los próximos meses, pues "no suelen permanecer aislados".