Economía

La reforma financiera provoca el choque entre Economía y Banco de España

La semana que debía servir para cerrar la reforma financiera ha servido en realidad para abrir el enfrentamiento entre Economía y Banco de España. El gobernador ha pedido abiertamente al

La semana que debía servir para cerrar la reforma financiera ha servido en realidad para abrir el enfrentamiento entre Economía y Banco de España. El gobernador ha pedido abiertamente al Ejecutivo que no caiga “en la tentación de interferir en las decisiones de supervisión del Banco”, después de que Economía haya chocado en dos frentes con el banco central: primero, en cómo dotar el fondo que servirá para financiar las ventas de cajas pendientes y segundo el mayor nivel solvencia que el banco pretendía imponer a las entidades.

"Es trascendental seguir respetando la autonomía del BdE”, advierte el gobernador

Lo que hasta ahora había sido un desencuentro civilizado se ha convertido en un ultimátum del gobernador al Gobierno: “es trascendental seguir respetando la autonomía del Banco de España en su actuación supervisora", exhortó en público el gobernador. Las palabras de Fernández-Ordóñez han sido dirigidas a un ministro que ha resistido las presiones para pedir su relevo a cambio de que hubiera “colaboración y transparencia del regulador”, tal como reveló Vozpópuli el pasado 9 de enero. Desde entonces, Luis de Guindos ha trasladado a los bancos tanto su malestar con algunas actuaciones del gobernador como su intención de no forzar su salida antes de que expire su mandato el próximo mes de junio.

Los dos detonantes de una crisis que “no existe”

Oficialmente, ninguna de las dos partes reconoce ningún enfrentamiento. Sin embargo, el Gobernador y el ministro sólo han hablado cuando coinciden en Bruselas o Frankfurt y la interlocución entre sus departamentos corre a cargo del subgobernador Javier Aríztegui y del Secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre.

Pese a que esa tensión no existe oficialmente, dos movimientos del Banco Central en las últimas semanas han provocado el último enfrentamiento:

  • El primero, la intención del Banco de España de obligar a las entidades bancarias a reforzar la posición de sus balances.  Según fuentes del banco central, el BCE teme lo que ha bautizado como “balkanización” de las exigencias a las entidades bancarias, es decir, distintos criterios en los distintos países que ponen en riesgo la supervisión conjunta. Ante esa situación, ha solicitado a los supervisores que sean más estrictos en sus exigencias de provisiones. El Banco de España se mostró dispuesto a exigir más provisiones a unas entidades que –según Economía—se encuentran ya muy tensionadas. El ministerio parece haber parado esa exigencia y provocado un malestar en el gobernador que ha afirmado que “Si la economía española empeora más de lo previsto, habrá que seguir aumentando y mejorando el capital”.
  • El segundo, el deseo del banco central de que sean los bancos los que financien las ventas de entidades en apuros. Ante la inminente colocación de CaixaCatalunya y del Banco de Valencia, el gobernador pretende que los bancos aumenten sus depósitos en el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) del 2 al 3 por mil en lugar de que sean fondos públicos a través del Frob (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) los que corran con los gastos de ese rescate. Economía considera que exigir más depósitos a las entidades retraería el crédito y prefiere otras alternativas que garanticen los conocidos como Esquemas de Protección de Activos.

La continuidad de MAFO no está en cuestión

Fuentes del entorno de Economía aseguran que la continuidad del gobernador no está en cuestión porque le quedan apenas 90 días para que expire su mandato en junio y un conflicto abierto podría dañar a la propia entidad.

El Ejecutivo asegura que quiere trasladar un mensaje al propio Banco de España: “se respetará su independencia y autonomía”.

La ley que rige el Banco Central deja la puerta abierta a pactar el relevo temprano del gobernador mediante su renuncia voluntaria, como indica la Ley de Autonomía del Banco de España (Artículo 25.4 Apartado b de la Ley 13/1994, de 1 de junio). Sin embargo, esa fórmula no se ha usado nunca en democracia y puede ser difícil de digerir políticamente porque sólo es concebible si el gobernador asume una orden de cese y presenta su baja como voluntaria.

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