El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha decidido acallar los rumores sobre los resultados de las inspecciones a las que ha estado sometiendo a España. En efecto, ha optado por publicar por sorpresa las conclusiones preliminares de un informe anunciado para junio, y para cuya elaboración hasta una decena de sus inspectores se han desplazado dos veces durante dos meses a España, tal y como adelantó Vozpópuli. En las conclusiones preliminares, el organismo advierte que ha sometido a distintas pruebas de resistencia a los bancos españoles y que diez de ellos han resultado ser “vulnerables”. El Fondo excluye de este equipo a las “entidades más grandes” y dice que la mayoría de los bancos frágiles “ya están recibiendo algún tipo de ayuda”. “Cinco de ellos han sido fusionados o comprados (Unnim, CAM, Caja 3, Caja España-Duero y Banca Cívica) por entidades solventes. Tres están en proceso de ser subastados (Banco de Valencia, Catalunya Caixa, junto a Novagalicia, cuya subasta parece inevitable) y dos han enviado ya planes de viabilidad al Banco de España que deben ser aprobados”.
En opinión de los inspectores del organismo, que han dado por concluida hoy mismo su misión en España, “es clave que estos bancos tomen medidas decisivas, especialmente el más grande de ellos, para fortalecer sus balances, mejorar su gestión y su política de gobernanza”. Según fuentes del sector, esta entidad de gran tamaño a la que se refiere el informe puede tratarse de Bankia. De hecho, en círculos bancarios y políticos no se descarta, a medio plazo, una posible nacionalización de la entidad que preside Rodrigo Rato. La otra entidad a la que se refiere el FMI es BMN, el banco liderado por Cajamurcia.
Precisamente, el máximo dirigente de Bankia, Rodrigo Rato, lo fue también del Fondo Monetario Internacional entre 2004 y 2007, cuando dimitió por asuntos personales. Son ahora sus antiguos subordinados los que se encargan de fiscalizar la marcha de la entidad que preside y de recomendarle la necesidad de adoptar medidas "rápidas y contudentes".
El Fondo reconoce que las inyecciones de liquidez del BCE están suponiendo “un respiro” a la banca española pero insta al sector a seguir recapitalizándose y recuperar el acceso “a los mercados de financiación privados”. Con todo, anticipa que para ahorrar excesivos costes al sector en el proceso de restructuración, será necesario aumentar la “dependencia en la financiación pública”, una vez agotadas las fuentes de financiación privadas (como el Fondo de Garantía de Depósitos). El organismo cree que este soporte público al capital de los bancos es necesario para evitar "un excesivo desapalancamiento" -por medio de la venta de activos como vía de financiación para fortalecer los balances- en las entidades bancarias y "preservar la estabilidad financiera" en el país.
En sus conclusiones, los expertos resaltan que las autoridades del Banco de España le han dado un sentido de “urgencia” a la reforma financiera que es “apropiado” y que están siendo “atentos” al diseño de un plan de rescate del sector que no implique más riesgos a la deuda pública. Con todo, advierten de que si las “instituciones débiles” no se limpian deforma rápida y adecuada, los bancos que ahora están fuertes, “sufrirán de forma innecesaria”, por la continúa pérdida de credibilidad del sector.
En sus conclusiones, el Fondo pide que se sea particularmente cuidadoso con el diagnóstico de los activos dudosos que puede haber en el balance de los bancos, y que se elabore un plan de acción al respecto para decidir si se mantienen en las entidades o si se crean “entidades de gestión de estos activos públicas o privadas”, en referencia a una figura similar al denominado “banco malo”.
Además, pide que se refuerce la independencia entre los diferentes supervisores financieros y que se dote de más poderes al Banco de España para poder prevenir crisis como la actual.
Viñals, responsable del informe
El responsable último del informe es José Viñals, director del departamento financiero del FMI y exsubgobernador del Banco de España. Viñals se conoce al dedillo el funcionamiento del Banco de España y refrenda este informe en el que los inspectores piden no sólo aumentar los poderes de la institución, sino también reforzar los mecanismos de sanción a los bancos. Además, y en una petición recurrente de la insitución hacia el sector financiero español, piden mejorar la supervisión y la regulación del sector asegurador en España que, recuerdan, no está preparado para detectar los riesgos del sistema, cuya regulación en este sentido se ha quedado, además, "desfasada".
Con todo, los inspectores le echan un capote a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el presidente del Banco de España, al asegurar que los pasos que se han tomando hasta ahora en la reforma del sector han ido en la dirección correcta y que los reguladores financieros españoles tienen "una plantilla con gran experiencia y muy reputada" que se apoya además en una "comunicación fluida" entre organismos.
El Banco de España facilitó durante su visita despachos a los miembros del FMI que realizaron este control financiero especial al que los países del G-20 considerados como "de riesgo sistémico" se deben someter cada cinco años. Los inspectores del FMI realizaron labores de inspección directas en bancos, cajas y aseguradoras.