Las autopistas de peaje que el Estado rescató entre febrero de 2018 y febrero de 2019 han registrado un descenso de los ingresos del 19% con respecto a 2018, hasta superar los 90 millones de euros, en su primer año completo bajo gestión pública, según los datos oficiales del Gobierno a los que ha tenido acceso ‘El Economista’.
Este descenso se explica por la rebaja del 30% de media que el Gobierno aplicó a las tarifas desde el 15 de enero del pasado ejercicio. La medida ha permitido impulsar el tráfico, con un aumento medio del 12,7% para estas carreteras pero no ha cumplido con los objetivos previstos por parte del Ministerio de Fomento, ahora de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. El departamento liderado por José Luis Ábalos preveía un incremento de la cifra de negocio del 58,9% en el año recién concluido, hasta los 122,8 millones de euros.
Las medidas y estrategias que se han implantado
El Ministerio diseñó una estrategia para fomentar el uso de las nueve autopistas que pasaron a ser operadas por Seitt, sociedad dependiente del departamento que lidera Ábalos. Se trata de las radiales R-2 Madrid-Guadalajara, R-3 Madrid Arganda del Rey, R-4 Madrid-Ocaña y R-5 Madrid Navalcarnero, la M-12 Eje Aeropuerto, la AP-36 Ocaña-La Roda, la AP-7 Cartagena-Vera, la Circunvalación de Alicante y la AP-41 Madrid-Toledo.
Además de la bajada media del 30%, aprobó rebajas específicas a los conductores frecuentes que empleen sistemas de pago electrónico (TAG) y la gratuidad de las vías por la noche (entre las 00.00 y las 06.00 horas).
"Con estas medidas, se pretende incentivar el uso de las autopistas que gestiona Seitt, lo que contribuirá a la mejora de las condiciones de circulación y de seguridad vial, así como a la rentabilidad de las mismas", subrayó el Ministerio en un comunicado a finales de 2018.