Los bonos a 2 y 3 años alemanes finalizaron ayer en el por debajo del 0,1% (la primera referencia en el 0,03% y la segunda en el 0,09%), una cota testimonial, que significa que a Alemania le dejan dinero los inversores a ese plazo sin pedir nada a cambio prácticamente. Tan sólo piden la restitución del capital. Una situación de privilegio extremada, sobre todo cuando en España e Italia los costes de financiación se elevan cada vez más. ¿Esto es sostenible?
No debería ser así, aunque de momento “es el fiel reflejo de la tensión que sufren los mercados”, indica José Carlos Díez, analista jefe de Intermoney. Lo malo no son las cifras, asegura Díez, sino la posibilidad de colocar. En 1994, el Tesoro se movía en estos diferenciales, “pero emitía sin problemas”, aclara. Ahora, “sin que se haya llegado a una situación de colapso, ya que todavía queda liquidez del LTRO (Long Term Refinancing Operation), el diferencial refleja una probabilidad de colocación cada vez menor”.
La situación en España está a medio camino de la que hizo inevitable el rescate para Irlanda. Por el momento. “El riesgo está sobre todo en los bonos a corto plazo”, indica Díez. En el país británico, los activos con vencimiento menos largo se dispararon hasta el 7%. A partir de ahí, los mercados presionaron al 10 años más allá del 10%, "momento en el que el Tesoro local se ve incapaz de emitir".
En nuestro país, el tres años está al 5,24% (es decir, 520 puntos básicos de diferencial con Alemania), y el 10 años en el 6,46%. No demasiado lejos de las cotas irlandesas y el Ejecutivo lo sabe. Sin duda, cuando ayer Mariano Rajoy pedía una respuesta enérgica de sus socios europeos en defensa de la eurozona, se refería a esta situación.
Un gran mensaje
Los inversores aguardan ‘el gran mensaje’ y este es el motivo por el que la deuda española resiste en el entorno del 6,5%. Así lo confirma Andrés Alonso, del think tank Sintetia y especialista en el mercado de bonos: “el mercado está cayendo por su propio peso, pero no hay la presión bajista de otros meses, que se habría llevado la rentabilidad al 9% si de verdad hubiera temor de un rescate bancario que ponga en jaque al euro. Veremos seguramente el 7%, entre otras cosas porque la poca liquidez del mercado hace que con poco volumen de negocio se muevan mucho los precios. Pero no hay posiciones cortas en exceso ya que hay miedo a que de repente se anuncien nuevas inyecciones de liquidez como el LTRO, o alguna novedad con el Fondo de Rescate o algo así y deje atrapados a muchos bajistas. Ya les ocurrió hace poco”.
Ese ‘gran mensaje’ tiene que llegar o pasarán cosas muy mala. “El diferencial a tres años (520 puntos) es el realmente preocupante”, indica José Carlos Díez. El Banco Central Europeo (BCE) deberá actuar con rapidez como cortafuegos y entonces serán precisas algunas medidas estructurales en la moneda única, de las que demandaba Rajoy, como la mayor armonización fiscal o la posibilidad de que el Fondo de Rescate pueda ayudar a la banca, no sólo a los Gobiernos. Pero eso llevará tiempo y sólo lo puede comprar el BCE.