El sector inmobiliario se está encontrando con nuevos e inesperados actores en los últimos tiempos. Ahora que parece que el panorama comienza a despejarse para una de las áreas más castigadas por la crisis, ayuntamientos de grandes ciudades españolas se han lanzado a hacer una peculiar competencia a las compañías del sector, las que han logrado sobrevivir a los efectos de la recesión. Entre ellos, los de Madrid y Valencia, con el nexo de estar liderados por los llamados gobiernos del cambio.
Una de las últimas iniciativas corresponde al Ayuntamiento de Valencia, al frente del cual se encuentra Joan Ribó, de Compromís. A través de espacios publicitarios aparecidos en la prensa local, el Consistorio anuncia su intención de adquirir viviendas, a un precio máximo de 50.000 euros. Entre los requisitos para que se efectúe la transacción se incluyen que el piso se encuentre en perfecto estado, libre de cargas y que, además, cuente con ascensor.
Con la dinámica propia de una inmobiliaria especializada en compraventa de pisos, el Ayuntamiento de Valencia tiene como objetivo hacerse con una cartera de unas 30 viviendas. A diferencia del negocio privado, el destino de estos activos será la promoción de alquileres sociales.
Pese a que la iniciativa está dirigida a ciudadanos de los barrios más desfavorecidos, el Consistorio no renuncia a adquirir viviendas en ninguna zona de la capital. Para ello dispone de una cantidad cercana a 1,5 millones de euros. La búsqueda de viviendas para su posible adquisición finaliza este lunes.
Las promociones de Carmena
En las próximas semanas, el Ayuntamiento de Madrid pondrá en marcha diferentes licitaciones para la construcción de viviendas en diversos barrios de la ciudad, con lo que recupera para la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo unas atribuciones con las que hacía tiempo que no contaba.
En esta primera oleada, el Consistorio que lidera Manuela Carmena prevé poner en el mercado aproximadamente 1.000 nuevas viviendas, aunque el objetivo es alcanzar las 4.000 a lo largo de la presente legislatura.
Una iniciativa esta última que resulta más habitual que la puesta en marcha por el Ayuntamiento de Valencia pero que no deja de llamar la atención, sobre todo porque Ahora Madrid, la formación que está al frente de la corporación municipal en la capital de España, ha lanzado repetidos mensajes de alarma por la proliferación de pisos vacíos y ha advertido del peligro de incrementar el parque de viviendas en esta situación, cuando las promociones e iniciativas han llegado desde el ámbito privado.
Diversos actores del sector inmobiliario se han mostrado sorprendidos por las iniciativas municipales, que consideran, de forma generalizada, una forma de competencia desleal con dinero público a las empresas privadas. Destacan asimismo que estos movimientos se han generado una vez que parece que el mercado del ladrillo está mostrando síntomas de recuperación, con una notable subida de los precios de los pisos en las grandes capitales.
Con la llegada de la crisis, un buen número de empresas municipales enfocadas al sector inmobiliario para la promoción de viviendas sociales tuvieron que declararse en concurso de acreedores. La mayoría fueron liquidadas posteriormente, víctimas de haber adquirido suelo a precios muy elevados durante los años del desmedido boom del sector. Riesgos que ayuntamientos como los de Madrid y Valencia están dispuestos a correr.