Banco Sabadell está llamado a protagonizar una fusión con alguno de sus competidores nacionales. La entidad que preside Josep Oliu se quedará descolgada del resto en el momento en el que se haga oficial la unión entre Caixabank y Bankia y por eso es fundamental comenzar a buscar una pareja de baile.
El mercado ha premiado a la entidad aupando su valor en Bolsa un 21% desde que se anunció la negociación entre los bancos anteriormente mencionados, pero dicho empujón no será suficiente para partir con una posición negociadora fuerte, señalan las fuentes consultadas.
El Sabadell parte de una posición en la que en una eventual ecuación de canje perdería peso sólo por su valor bursátil, que no refleja su valor contable. Si se hacen realidad los augurios del mercado, en una fusión con BBVA, la entidad catalana se disolverían de manera abrupta frente al banco de Carlos Torres.
El Sabadell valía casi 6.000 millones de euros a finales de 2019. Ahora, a cierre de mercado de este jueves, apenas alcanza los 2.200 millones de euros y antes de anunciarse la fusión de Bankia y Caixabank su valor estaba en los 1.800 millones de euros.
Aunque en una negociación se tiene en cuenta más variables como el balance o la solvencia, el precio en Bolsa suele jugar siempre un papel fundamental y cuánto más se valga mejor posición negociadora se tiene, reconocen desde un banco español.
Posición activa
El banco ha acudido a la firma Goldman Sachs para explorar distintas opciones estratégicas, que no necesariamente pasan por una fusión. También se tiene en cuenta procesos de venta.
Distintos analistas han apuntado en los últimos días a Sabadell como candidato a protagonizar la próxima fusión en el sector. Los últimos han sido este miércoles los directores de Alvarez & Marsal, quienes han explicado que cuando se activa el botón de salida, hay entidades que se quedan "descolgadas", siendo Sabadell una de ellas, por lo que lo ven "claro candidato" a continuar con el proceso de consolidación.
Banco Sabadell recortó un 72,7% su beneficio en el primer semestre de 2020, hasta 145 millones de euros, tras acumular provisiones de 1.089 millones de euros por la actualización de los modelos de la normativa contable IFRS9 que incorporan los nuevos escenarios macroeconómicos por la covid-19.
En la presentación de dichas cuentas a finales de julio, su consejero delegado, Jaime Guardiola, asumió con "cierta normalidad" que Sabadell estuviese en las quinielas para protagonizar una hipotética operación de consolidación, pero aseguró que el foco del banco estaba en tratar de lidiar la crisis y mejorar la rentabilidad de forma orgánica.
Lo que sí hizo Sabadell fue aprovechar la crisis del coronavirus para pegar un acelerón en su plan de cierre de oficinas para este año, sumando 90 sucursales afectadas respecto a las previstas, hasta un total de 230, una reducción que previsiblemente dará paso a una oportunidad para simplificar la estructura, migrando de forma más masiva a canales remotos y al autoservicio, avanzó entonces Guardiola.