El Banco de España ha respondido a la Audiencia Nacional que a lo largo del año 2011 sus inspectores celebraron varias reuniones periódicas y extraordinarias con los principales directivos de BFA-Bankia para "realizar un análisis y diagnóstico de dicho grupo bancario y de sus principales aspectos: solvencia, rentabilidad, liquidez y gobernanza", según consta en un escrito remitido por el supervisor financiero a la pieza que investiga el caso Bankia.
El pasado mes de junio, el titular del Juzgado de Instrucción Número 4 de la Audiencia Nacional, el juez Fernando Andreu, remitió una providencia a este organismo para averiguar si los inspectores del Banco de España y los directivos de Bankia se reunieron o no a lo largo del año 2011. El objetivo del magistrado era conocer si el supervisor bancario conocía la situación real de la entidad antes de que saliera a Bolsa en julio de aquel año ya que en mayo de 2012 Bankia tuvo que ser rescatada.
"Había dos reuniones periódicas cada semana: una con los directivos responsables del Área de Intervención (Contabilidad) y otra con los encargados de la liquidez del grupo"
Ahora, en la contestación remitida al juzgado, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, el Banco de España explica a Andreu que hubo decenas de reuniones a lo largo de aquel año. El escrito firmado por la Jefa de la División de Expedientes Sancionadores y Colaboración con órganos Judiciales, María Ortega Diego, recoge que una de las herramientas que utilizaba el equipo de inspección de Banco de España para conocer la situación de dicho grupo bancario era la celebración de reuniones con los principales directivos de BFA-Bankia. "Con carácter general había dos reuniones periódicas cada semana: una con los directivos responsables del Área de Intervención (Contabilidad) y otra con los encargados de la liquidez del grupo", explica el documento oficial. Dichas reuniones, afirman desde el Banco de España, se celebraban en la sede de Bankia.
Los miércoles, repaso a la liquidez
Todos los miércoles por la mañana era habitual celebrar una reunión con los responsables de liquidez de la entidad ahora nacionalizada. El objetivo era triple: conocer la situación de los mercados mayoristas en general y de las emisiones de BFA-Bankia en particular, los movimientos del balance en la parte minorista (depósitos y créditos) y la tesorería. "Por parte del Grupo BFA-Bankia, asistían habitualmente el tesorero, el responsable de mercados y el de gestión de balance, siendo frecuente la presencia del responsable de Contabilidad", explican desde el supervisor, que a su vez detallan que por su parte asistían los representantes "de cabecera" del BdE en la entidad.
Además de estas reuniones periódicas, se celebraban "con carácter extraordinario" reuniones cada vez que lo consideraban oportuno los equipos de inspección del Banco de España para abordar cuestiones particulares, con la presencia de los directivos del banco que tuvieran relación con los temas a tratar. En estos casos no se escribían actas sobre los encuentros, si bien de forma informal se transmitían los aspectos relevantes a "la jefatura".
Y los jueves, control a la solvencia
El Banco de España, detalla en su respuesta al juez Andreu que las reuniones con los equipos de contabilidad (Intervención) se solían desarrollar los jueves por la mañana, y se trataban aspectos reflejados previamente por la propia Bankia en una agenda que remitía semanalmente a los equipos de inspección. Ésta agenda constaba de cuatro apartados: "a) que los directivos informaran a los inspectores de toda circunstancia con impacto real o potencial relevante en la solvencia, liquidez o rentabilidad del Grupo BFA-Bankia, b) temas a comentar por parte de Banco de España, c) asuntos pendientes, y d) cuestiones concretas a abordar", según explican desde la institución gobernada entonces por Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Después de cada encuentro no se levantaba ningún acta formal, pero cuando existían aspectos relevantes sí se elevaban las conclusiones "a la jefatura" de una manera "informal y flexible"
En dichas reuniones asistía "ocasionalmente" el interventor, si bien la mayoría de las veces acudían colaboradores del mismo en el área de Contabilidad. Por parte del Banco de España, por su parte, "los asistentes habituales eran el cabecera del equipo y los inspectores encargados del seguimiento financiero", y después de cada encuentro no se levantaba ningún acta formal, pero cuando existían aspectos relevantes sí se elevaban las conclusiones "a la jefatura" de una manera "informal y flexible".
El juez Andreu acordó practicar esta diligencia a petición del ex consejero Antonio Tirado quien sostuvo que "Banco de España realizó una continua e intensa supervisión de la operativa y de los estados contables de dicho grupo, manteniendo la labor inspectora en la modalidad que el propio banco supervisor denomina seguimiento continuado". En concreto, el imputado señalaba que el supervisor conocía la situación real de la entidad ya que hizo informes de seguimiento el 9 de mayo de 2011, el 5 de octubre de ese año y el 2 de agosto de 2011, entre otras fechas.