¿Será 2015 el año en el que, por fin, el crédito vuelva a llegar a las familias y a las empresas de forma fluida? BBVA cree que sí, que en el ejercicio en curso definitivamente la concesión de financiación en España y en el conjunto de la eurozona repuntará. Así lo han transmitido el jefe del Servicios de Estudios de la entidad vasca, Rafael Doménech, y el director de Banca Privada Enrique Marazuela en un encuentro privado con inversores. "Además de la mejora de las condiciones financieras, estamos empezando a ver una mayor relajación de los requisitos para la concesión de crédito por parte de los bancos europeos", señaló Marazuela, quien también aprecia "una mayor demanda" de liquidez en la economía.
Esta estimación está en línea con la última encuesta realizada por el Banco de España entre instituciones europeas, difundida ayer, en la que señalan cómo en el cuarto trimestre de 2014 "continuaron percibiendo una mejora en las condiciones de acceso tanto a la financiación minorista como a los mercados mayoristas". Las entidades prevén que "los créditos a hogares para consumo y otros fines" en España tendrán "criterios algo menos restrictivos" ya en el primer trimestre de 2015. De hecho, ya en los últimos meses del año recién concluido "las condiciones de los préstamos, y en particular los márgenes aplicados, se suavizaron" en la eurozona y, "de forma más acusada", en España. En el lado de la demanda, "las solicitudes de financiación de empresas y hogares para consumo y otros fines continuaron aumentando en el cuartro trimestre". Lo mismo ocurrió con las peticiones de préstamos para vivienda. Para este arranque de curso, también proyectan "nuevos incrementos en todos los segmentos".
BBVA considera que las políticas expansivas del Banco Central Europeo (BCE), con la última decisión de comprar deuda soberana y corporativa por 1,14 billones entre marzo de 2015 y septiembre de 2016, junto con otras ya implementadas como las subastas de liquidez (TLTRO), mejorarán el crédito en la eurozona. En este sentido, la encuesta del Banco de España refleja cómo las entidades que participaron en las subastas de septiembre y diciembre pasados lo hicieron, de acuerdo con las respuestas, por la rentabilidad, la precaución (en el caso de las españolas) y la mejora de la posición de liquidez (en el conjunto de las europeas). No obstante, la mitad de las instituciones españolas encuestadas señaló que aún no había decidido sobre su participación en las TLTRO adicionales de 2015 y 2016, porcentaje que asciende al 61% en las del área del euro. Los fondos obtenidos se usarían, principalmente, para la concesión de préstamos y, en menor medida, para sustituir otras fuentes de financiación. Las entidades piensan que las TLTRO mejorarán su situación financiera y las condiciones de los créditos, mientras que su impacto en los criterios de aprobación de préstamos "sería muy pequeño en la zona del euro y nulo en España".
Ya en el último trimestre "las condiciones de los préstamos, y en particular los márgenes aplicados, se suavizaron" en la eurozona y, "de forma más acusada", en España
En la presentación a inversores, el jefe de Estudios de BBVA subrayó que la depreciación del euro y la mejora del crédito, acentuadas por la políticas del BCE, la reducción del precio del petróleo y la reforma fiscal "facilitarán que España crezca por encima del 2% en 2015". Hace unos meses, la entidad rebajó su previsión de crecimiento del PIB español para este año del 2,3% al 2%, pero ahora estima que podría superarlo. Ahora bien, para ello "es imprescindible continuar con el proceso de reformas y modernización de la economía". En este sentido, insta al Gobierno a dejar a un lado "la incertidumbre política" que implican los próximos procesos electorales, ya que esto "puede ser un serio lastre para esta agenda necesaria". El reto principal, en cualquier caso, es reducir la tasa de empleo "manteniendo el déficit exterior a raya", indicó Doménech a los inversores. Marazuela abundó además en la fortaleza que supone para la economía española la bajada impositiva y contar con "un sistema financiero completamente saneado".
Los directivos del BBVA auguran que la economía mundial "seguirá creciendo por encima del 3% en 2015, con una ligera aceleración de la actividad". Este crecimiento vendrá, a su juicio, de la mano de las economías desarrolladas y subraya tres principales catalizadores. De un lado, la caída del precio del petróleo, que "dejará ganadores (economías desarrolladas) y perdedores (algunas emergentes)". Esperan, no obstante, "una estabilización" a lo largo de 2015. Derivado de esto, la inflación se mantendrán "en niveles muy bajos", con lo que los bancos centrales "intentarán alejar la amenaza de la deflación con políticas monetarias expansivas", como ya están haciendo. A este respecto, prevén que Europa, China y Japón seguirán por esta senda, mientras que en Estados Unidos habrá "un endurecimiento gradual, aunque su política monetaria continuará siendo laxa".
Estas políticas expansivas anticipan, según BBVA, "aumentos en las rentabilidades de los bonos", siempre y cuando consigan "anclar" las expectativas de inflación a largo plazo. "Tal y como nos muestra el pasado, tanto en Estados Unidos como en Japón, los programas de compras de bonos hicieron subir los tipos de interés, aunque las subidas fueron transitorias en ambos casos". Así, estiman que un repunte de 100 puntos básicos en los tipos de interés "tendría un impacto negativo aproximado en el precio de un bono a 10 años de un 9%". Por ello, la entidad mantiene una visión negativa sobre la renta fija soberana de mayor calidad, al apreciar un riesgo "muy asimétrico: poco que ganar en el escenario favorable y mucho que perder en el adverso". Eso sí, calculan que el programa de compra de deuda del BCE estrechará aún más las primas de riesgo, "con lo que los precios actuales pueden permanecer más estables", pero, en cualquier caso, insistió Marazuela, "el recorrido adicional es muy limitado".
En cuanto a la renta fija emergente, el director de Inversiones de Banca Privada de BBVA considera que "puede ser una alternativa a los bajos tipos de interés globales", aunque "su volatilidad puede hacerlos desaconsejables para perfiles de riesgo muy conservadores". Dentro de ésta, en todo caso, se decanta por los bonos soberanos frente a los corporativos y los emitidos en moneda local frent a los denominados en monedas fuertes.
Frente a las negativas perspectivas de la renta fija, BBVA subraya que "el mercado de renta variable es el "activo estrella" de 2015, con una "clara preferencia" por las bolsas desarrolladas sobre las emergentes. Y dentro de éstas, y tras varios años de peor comportamiento relativo frente a Estados Unidos, prevé que este año "puede ser el de la renta variable europea". Sustentan esta proyección en que la caída del crudo impactará más en las regiones netamente importadoras, como Europa, puesto que los menores costes energéticos harán aumentar la renta disponible de las familias y los beneficios empresariales. De igual forma, la depreciación del euro frente al dólar, que ya acumula un desceso del 20%, ayudará a las exportaciones europeas.
Y, por último, las políticas expansivas del BCE son también en este caso el tercer pilar para sus positivos augurios sobre la renta variable de la eurozona, ya que tras el último anuncio del organismo que preside Mario Draghi es de prever "una recuperación del sentimiento inversor", especialmente procedente del ámbito internacional. Así, Marazuela espera "una mejora en los beneficios por acción en Europa superior al 10%" en 2015, con una "cierta recuperación de los múltiplos bursátiles", situados en niveles inferiores a los de otras áreas geográficas desarrolladas.