Causaron sensación en los años '80, aunque cada una a su manera. Las versiones originales de las actuales R1250 R y Katana 1000 fueron motos en su momento admiradas y deseadas en una época donde la oferta de modelos no llegaba ni de lejos a la que podemos encontrar actualmente. Incluso hoy en día, cuatro casi décadas después, la R100 R de 1985 y la Katana 1100 de 1981 siguen siendo modelos que gozan como clásicas de una gran admiración.
Y tanto BMW como Suzuki han sabido trasladar a nuestros días el concepto original, y tanto la R1250 R -aunque habría que considerar como verdadero origen la R32 de 1923- como la Katana 1000 mantienen muchos de los rasgos, sobre todo estéticos, de aquellos modelos. Eso sí, ahora lógicamente muy mejorados.
BMW R1250 R
Desde la R100 R muchos han sido los modelos que fueron heredando el concepto original; R1100R, R1150R, R1200R y, ahora, la R1250 RS, con el motor boxer de mayor cilindrada de la historia que perfecciona aun más el rendimiento y el agrado de respuesta del anterior 1200. Con más potencia y una curva de par más llena a bajo régimen, convierte a esta naked en una moto de altísimas prestaciones con un dinamismo a sus mandos que sorprende por la eficacia con que se mueve entre curvas. No es tan deportiva como la Katana, pero llegas a ir casi tan rápido como en ella con casi 15 CV menos y una puesta a punto del bastidor no tan agresivo como aquella.
Ahora con distribución variable y 136 CV directos al cardan, la R1250 R ofrece una personalidad única a sus mandos, una sensación de tenerlo todo bajo control desde una postura de conducción muy cercana al asfalto y a través de un ancho manillar desde el que resulta muy sencillo disfrutar en ciudad y en carretera. Una naked que sirve para todo uso, muy agradable en ciudad por la respuesta del boxer a bajo régimen -solo penalizada por un cambio ruidoso en la inserción a baja velocidad de las primeras marchas- y por la facilidad para maniobrar entre el tráfico y siempre además con unos ajustados consumos.
Pero es en carretera donde se disfruta de verdad de la conducción, y a medida que ganamos velocidad el funcionamiento del cambio se vuelve más suave y preciso, y el motor demuestra su enorme capacidad de empuje desde medio régimen. No tiene la estirada final ni la entrega de potencia inmediata del cuatro cilindros de la Katana, pero empuja con mucha contundencia y no llegas a echar en falta más potencia.
Sobrada de prestaciones, el chasis demuestra una excelente puesta a punto para disfrutar de una gran eficacia desde un elevado confort general para una calidad de conducción de lo mejor en su segmento. Frena con la misma contundencia con que acelera y la sólida horquilla invertida aguanta bien fuertes ritmos, aunque no lo exija tanto como en la Katana. Se disfruta casi más si conducimos de una forma más fluida, dejándola correr en curva sin apurar demasiado la frenada. Cambia de trayectoria con enorme sencillez, sin esfuerzo alguno, y basta en la práctica con moverte entre quinta y sexta velocidad para disfrutar un altísimo ritmo en carreteras viradas.
En trazados más abiertos, sin carenado alguno, el viento limita la velocidad de crucero, y cuesta moverse más allá de los 130 km/h de marcador. Hasta ese ritmo, puedes cubrir largas distancias disfrutando del aire, aunque si vas a viajar con frecuencia mejor montar alguna de las dos cúpulas opcionales, aunque con la más pequeña es casi suficiente y no afecta demasiado a la estética.
Versión: R1250 R Precio: 14.900 euros
Motor: 2 cilindros boxer Cilindrada: 1.245 cm3 Potencia máx.: 136 CV a 7.750 rpm Par máximo: 143 Nm a 6.250 rpm Transmisión: Por cardan Caja de cambios: 6 velocidades Dimensiones: 2.165 / 880 / 1.300 mm Altura del asiento: 820 mm. Peso en seco: 239 kg. Depósito de combustible: 18 litros
Vel. máxima: 205 km/h Acel. 0 a 100 km/h.: - seg Consumo en recorrido de pruebas: 5,2 l/100 km Autonomía máxima: 346 km.
Suzuki Katana 1000
Naked, potente y con una historia a sus espaldas también, la nueva Katana a pesar de todo resulta muy distinta a la R1250 R, algo evidente en su estética, pero sobre todo a sus mandos. Precisamente es su estética lo que marca sin duda a esta nueva Katana, con unas líneas que recuerdan inevitablemente al modelo original nacido hace casi cuatro décadas y que tanto impactó entonces entre los aficionados a las dos ruedas. Ahora, lo hace también pero por los lazos que le unen con el pasado, aunque basta verla de lejos para identificarla fácilmente.
Una estética muy lograda y que respeta en gran medida los trazos de la original, que oculta bajo esa carrocería de diseño clásico la más moderna tecnología, una moto plenamente actual que está desarrollada sobre la base de GSX-S 1000. Chasis de aluminio, suspensiones multirregulables, ABS de última generación y un motor de cuatro cilindros con una potencia rebajada a 150 CV y una electrónica de última generación para facilitar la respuesta del poderoso motor de un litro.
Al subirnos a ella la postura resulta algo más deportiva que en la GSX-S de la que deriva y que en la propia R1250 R, cargando algo más de peso sobre el manillar y sintiéndonos más encima que en esta. Resulta muy cómoda, quizás no tanto como en la BMW en largos kilometrajes, aunque a baja velocidad en un uso más urbano no ofrece la facilidad de giro que aquella y se siente algo más torpe entre el tráfico, donde además la respuesta tan directa del motor al abrir gas obliga a conducir con algo más de cuidado. Con todo, es una moto con la que puedes moverte a diario en ciudad, aunque siempre estarás pensando en salir cuanto antes a la carretera.
Ya lejos de la ciudad, descubres enseguida el potencial que esconde el motor, con una respuesta instantánea del acelerador subiendo de vueltas con rabia y sintiendo un empuje más intenso todavía que en la R1250 R. Es algo más brusca en la acción de cortar gas y volver a acelerar, sin la suavidad del motor bóxer alemán, pero no condiciona en absoluto la conducción. Es una moto que pide más ritmo constantemente, y con la que se disfruta sobre todo a velocidades más elevadas en trazados virados.
El ancho manillar facilita mucho la entrada en curva, pero cuesta un poco hacerse a las reacciones de su horquilla, menor fluida en general en su conducción que la BMW, y que al principio da la sensación de no apoyar en curva con tanta precisión. Una vez que te haces a ella, ganas mucho en confianza y empiezas a rodar entre curvas cada vez más rápido, pero sin llegar a la sensación de facilidad que transmite la naked alemana.
Su inacabable motor es sin duda uno de los aspectos más brillantes de esta Katana, aunque de cara a largos viajes –el efecto del aire es casi más apreciable que en la R1250 R– su mayor limitación está en su escasa autonomía, y no porque gaste mucho, sino porque el diseño del frontal condiciona mucho las formas y la capacidad del depósito, apenas 12 litros que, sin apurar en exceso, obliga a repostar cada 160 ó 170 kilómetros.
Versión: Katana 1000 Precio: 15.329 euros
Motor: 4 cilindros en línea Cilindrada: 999 cm3 Potencia máx.: 150 CV a 10.000 rpm Par máximo: 108 Nm a 9.500 rpm Transmisión: Por cadena Caja de cambios: 6 velocidades Dimensiones: 2.125 / 830 / 1.110 mm Altura del asiento: 830 mm. Peso en seco: 215 kg. Depósito de combustible: 12 litros
Vel. máxima: 245 km/h Acel. 0 a 100 km/h.: - seg Consumo en recorrido de pruebas: 5,9 l/100 km Autonomía máxima: 203 km.