El victimismo con el que la Generalitat ha reaccionado a los Presupuestos estatales de 2015 en plena carrera soberanista contrasta con los cálculos que el Gobierno maneja sobre los fondos de los que se beneficiará Cataluña en el próximo ejercicio. Al ser una comunidad sujeta al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), tendrá una inyección extra de liquidez de 1.700 millones de euros, gracias a la decisión del Ministerio de Hacienda de retrasar el pago de la deuda que éste y otros territorios tienen contraída con el Estado. Esta iniciativa lleva consigo también una reducción al 1% de los intereses estipulados para el FLA correspondientes a los ejercicios de 2012, 2013 y 2014, por lo que podría decirse que el propio Estado ha mutualizado parte de la deuda de estas comunidades, la de Cataluña incluida. El tipo de interés del Fondo en 2012 era del 5,18%, un año después del 3,91% y en 2014 se sitúa en más del 2%.
El aplazamiento en los pagos de la deuda beneficiará a las comunidades sujetas al FLA en 5.000 millones
En total, las comunidades acogidas al FLA verán el año que viene una inyección de liquidez extra de 5.000 millones de euros, de los que 1.700 corresponden a Cataluña. Este auxilio del Estado no tendrá un reflejo negativo en términos de contabilidad nacional, pues implica solo un aplazamiento en el cobro de la deuda con la asunción del correspondiente coste financiero, pero no su anulación.
Desde el Gobierno se insiste en que, pase lo que pase, el Gobierno no permitirá que se produzca el colapso financiero de Cataluña, teniendo en cuenta las dificultades que sigue atravesando para refinanciar en los mercados una deuda que ya supera los 60.000 millones de euros. A cambio de verse favorecidas por una ampliación de los plazos de amortización y carencia en el pago de las cuotas del Fondo de Liquidez, las comunidades beneficiadas tienen que destinar este ahorro al pago de proveedores de servicios de educación y sanidad. También deberán agilizar los trámites administrativos para la creación de empresas.
Fuentes gubernamentales recuerdan que el dinero dado por el Estado a Cataluña en los últimos años supera con creces los 50.000 millones de euros, recursos que han facilitado que la Generalitat haya reducido su déficit del 4,5% al 1,9%, después de atravesar por una situación de alerta roja que llevó a CiU a reclamar al Gobierno en 2012 el acceso al rescate con mayúsculas.
El victimismo de la Generalitat, aseguran las fuentes, contrasta con un dato objetivo: la inversión regionalizada en los Presupuestos de 2015 crece una media del 14% en el conjunto de España, mientras que en Cataluña lo hace en el 13%. Artur Mas exige casi el 19% de la inversión estatal, tomando como referencia la disposición tercera del Estatuto de autonomía, donde se vincula esta inversión en dicho territorio a la aportación del mismo al PIB nacional. Este es el argumento que ha conducido a CiU a reclamar el pago de 3.500 millones de euros en concepto de “deuda histórica”, a pesar de que el Tribunal Constitucional ha dejado claro que este compromiso no solo es ilegal, sino que tampoco es de obligado cumplimiento por parte del Estado.
La inversión regionalizada demuestra que Cataluña, con un 13%, está cerca de la media nacional
Todas las previsiones presupuestarias para el año que viene relacionadas con Cataluña llevan a la conclusión de que no hay un ajuste de cuentas por parte del Gobierno motivado por el proceso soberanista, a pesar del victimismo con el que los nacionalistas han contestado a la presentación de las cuentas estatales del año que viene. Este victimismo, aseguran en el Ejecutivo, solo responde a una estrategia de Mas para reforzar su cruzada hacia un Estado independiente.