El sistema de prestaciones por desempleo ha demostrado sus limitaciones para reinsertar laboralmente a quienes reciben algún tipo de ayuda económica tras perder el puesto de trabajo. El propio Ejecutivo reconoce en el Plan Fiscal Estructural de Medio Plazo del Reino de España 2025-2028 remitido a la Comisión Europea que el próximo año entrará en vigor una reforma para mejorarlo y tratar de reducir el paro estructural.
La reforma reducirá el número de subsidios existentes y simplificará los requisitos de acceso a los mismos. Según se describe en texto enviado a Bruselas, “se vincula la prestación a un itinerario personalizado de activación para el empleo y se facilita la transición hacia el Ingreso Mínimo Vital si no se reincorpora la persona desempleada y existe situación de vulnerabilidad”.
El Ejecutivo confía en el éxito de la reforma al entender que la inserción laboral se verá favorecida a su vez por la revisión del sistema de subvenciones y bonificaciones a la contratación laboral que se ha llevado a cabo teniendo en cuenta las recomendaciones formuladas por la Airef.
Con los últimos datos publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), al finalizar el mes de septiembre, un total de 1.703.095 personas se beneficiaban de algún tipo de protección por desempleo, 15.825 más que hace un año. De la cifra total, 783.907 perciben la prestación contributiva, la ayuda que recibe un desempleado cuando ha cotizado lo mínimo exigido por la Seguridad Social. Otros 683.907 cobran el subsidio de desempleo, creado para parados que no han cotizado el tiempo suficiente.
El resto, se reparte entre la renta y el subsidio agrarios (148.393), exclusivamente circunscrito a las comunidades de Andalucía y Extremadura), y la Renta Activa de Inserción (85.601), otra ayuda económica también encaminada a incrementar las oportunidades de regresar al mercado de trabajo.
Tal y como señala el Ministerio de Trabajo, el nivel contributivo y el nivel asistencial, tienen un porcentaje de perceptores muy similar (50,4% y 49,6%, respectivamente), siempre y cuando se excluyan de la comparación la renta y el subsidio agrarios.
El problema es que es muy difícil la reinserción en el mercado laboral de una persona que percibe un subsidio por desempleo cuando un 64,79% de quienes lo cobran, cerca de 444.000 de un total de 685.194, solo tiene que acreditar que tienen más de 52 años. Esta cifra se desglosa en 234.391 mayores de 60 años, 158.294, entre 55 y 59 años, y 51.263 entre 50 y 54 años. Las posibilidades de encontrar un nuevo puesto de trabajo para estos grupos se van reduciendo exponencialmente a medida que se cumplen más años. En los últimos tres años, el número de perceptores del subsidio por desempleo se ha mantenido estable alrededor de los 690.000 parados.
De acuerdo con las ultimas cifras del SEPE, el segundo mayor grupo de perceptores, 131.573 son parados que llegaron al subsidio por haber agotado el periodo de cobrar una prestación contributiva. Son el 19,2% del total. Otros 91.704, el 13,38%, acreditaron un periodo de cotización insuficiente para acceder a la prestación contributiva.
El resto, algo menos de 18.000, reciben el subsidio por ser emigrantes retornados (2.439), liberados de prisión (6.366), trabajadores declarados plenamente capaces o inválidos parciales (861), fijos discontinuos o por estar adscritos al subsidio extraordinario por desempleo, SED, (8.281). El SED es la última opción que ofrece el SEPE para que las personas desempleadas puedan acceder a algún tipo de asistencia económica tras agotar el paro o ser un parado de larga duración.
Analizando los datos desglosados del SEPE se puede observar que el 73,8% de los perceptores de un subsidio de desempleo tienen más de 50 años, es decir, tres de cada cuatro; que el 62%, ha cumplido los 55 y que el 36% ha pasado de los 60 años.
Basta comparar estos porcentajes con los de quienes perciben una prestación contributiva de desempleo por tener derecho a ello: los mayores de 50 años son el 31,57% del total; los que han cumplido los 55 años, el 20%, y los que tienen más de 60, apenas el 10,5%. Las posibilidades de reincorporarse en algún momento al mercado laboral son muy superiores.
En el mes de septiembre, el número de altas para cobrar el subsidio de desempleo fue de 44.583 parados, de los que 10.766 lo hicieron por haber cumplido los 52 años al menos. En los nueve primeros meses del año se han incorporado un total de 428.360, de los que el 25,5% tenían más de 52 años.
Otro de lo datos que llama la atención de los dudosos resultados de reinserción laboral de las personas que cobran el subsidio de desempleo es el del número de reanudaciones de la ayuda económica. En el acumulado del periodo enero-septiembre, han solicitado la reanudación del subsidio cerca de 764.000 personas, de las que el 28,4% corresponde a mayores de 52 años.
Esto viene a demostrar los pocos movimientos que se producen en esa franja de edad hacia la reincorporación al mercado laboral, en comparación con los que llegan por agotamiento de la prestación contributiva (36,6%) o por no haber cotizado lo suficiente (32%).