El Gobierno espera que la deuda pública empiece a bajar este año de forma paulatina, pero en febrero aumentó casi 10.000 millones y marcó un nuevo récord al situarse 1,08 billones de euros, lo que supone cerca del 100%, según los últimos datos disponibles.
En el primer mes del año la deuda se moderó ligeramente respecto al cierre de 2015, pero en febrero ha registrado un fuerte repunte de casi 10.000 millones, un 0,9% más que en enero y un 3,4% más que la cifra registrada en el mismo mes de 2015.
La mayor parte de la deuda se concentró en valores a medio y largo plazo, 797.787 millones, prácticamente 8.000 millones más que en enero. En valores a corto, la deuda se incrementó en 1.849 millones en el segundo mes del año y sumó 82.544 millones, mientras que en créditos no comerciales subió en 209 millones y totalizó 200.996 millones.
La deuda no ha hecho más que crecer desde que estalló la crisis económica, aunque la ratio sobre el PIB se moderó ligeramente en 2015
La deuda pública no ha hecho más que crecer durante la crisis económica, aunque en 2015 el porcentaje sobre PIB registró un ligero descenso. De hecho, aunque creció en 36.542 millones en el conjunto del año, se quedó en el 99%, por debajo del 99,3% de año anterior y del objetivo que había fijado el Gobierno (99,7%).
Los Ejecutivos que han pasado por la Moncloa han emitido un gran cantidad de deuda desde que empezó el ajuste, lo que ha hecho que esta variable prácticamente se haya triplicado en los últimos 8 años. En concreto, ha pasado de sumar 383.798 millones en 2007 a cerrar el año 2015 consolidada por encima del billón de euros.
El 2009 creció un 30%
El año en el que registró el mayor incremento, de casi un 30%, fue en 2009 bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. A partir de entonces, la deuda ha seguido creciendo, pero a un ritmo menor, salvo en el año 2012 cuando volvió a registrar un repunte considerable (del 20%), ya bajo el mandato del Partido Popular. En 2013 creció un 8,45% y en 2014 repuntó un 7% y en 2015 un 3,71%.
La Ley de Estabilidad obliga a reducir este parámetro al 60% en el año 2020, un objetivo que cuando se planteó parecía alcanzable, pero que hoy es a todas luces imposible. De hecho, algunos organismos creen que esta meta no se podrá alcanzar hasta dentro de unos 20 años y piden que se cambie la ley para fijar cifras más creíbles.
