Una maniobra contable permitió a El Corte Inglés, principal grupo de distribución de España, declarar beneficios y esquivar unos números rojos de cientos de millones de euros en el ejercicio 2011, concluido el 29 de febrero del año pasado. El grupo se ganó una llamada de atención de su auditor, Deloitte, que dio el visto bueno a sus cuentas pero introdujo una salvedad en su informe preceptivo por considerar que incumplió "los principios de contabilidad generalmente aceptados".
Una semana antes de cerrar el ejercicio fiscal 2011, el 22 de febrero de 2012, el consejo de administración del gigante de los grandes almacenes aprobó “una dotación de provisiones para cubrir determinados aspectos derivados del capital circulante, inmovilizado y otros activos por un importe, neto de su efecto fiscal, de 722 millones de euros, sin que los resultados consolidados del ejercicio se hayan visto afectados por las citadas dotaciones”, según subrayó Deloitte en su informe de auditoría.
“Aun cuando el efecto neto de dicho ajuste no implica variación alguna en el patrimonio neto consolidado del grupo al 29 de febrero de 2012, los principios de contabilidad generalmente aceptados no contemplan el dotar provisiones que no sean con cargo a la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada”, indicó el auditor, que dijo que las cuentas presentadas por el grupo reflejaban “la imagen fiel” de su situación financiera “excepto” por esa provisión cargada contra reservas de libre disposición (procedentes de los beneficios de ejercicios anteriores).
Auditores consultados por este diario califican esa maniobra de "maquillaje contable", ya que permitió a la empresa declarar unos beneficios de 210 millones de euros (un 34% menos que un año antes), en lugar de unas pérdidas de más de 500 millones de euros, y repartir entre sus accionistas 43,5 millones en dividendos.
Antes de impuestos, y teniendo en cuenta el tipo impositivo aplicado en el ejercicio (23%), de haberse cargado esas provisiones contra la cuenta de pérdidas y ganancias, como estipulan las normas internacionales de contabilidad, el quebranto habría superado los 930 millones, según cálculos de analistas.
La empresa dice que tenía esa "opción legal" para "salvaguardar la imagen fiel" de la compañía
Fuentes de la empresa aseguran, sin embargo, que la compañía tenía esa "opción legal" porque la normativa vigente "permite" registrar así esas provisiones, como han hecho otras grandes empresas españolas en el pasado; al tratarse de partidas "no recurrentes" y de "situaciones excepcionales no recogidas claramente en la legislación contable", se decidió utilizar ese método para "salvaguardar la imagen fiel" de la compañía, señalan.
En cuanto al reparto de esas provisiones, aproximadamente un tercio de esos más de 700 millones, según esas fuentes, se destinó a deterioros de activos (como centros logísticos y almacenes), como consecuencia de la situación económica; otro tercio, a inmovilizado (cierre de tiendas y pasivos relacionados con la integración de Induyco, principal proveedor textil de la empresa), y el resto, a litigios relacionados con la aplicación de impuestos a las grandes superficies por parte de algunas comunidades autónomas que el grupo tiene recurridos en los tribunales de justicia.
Las mismas fuentes subrayan que los bancos acreedores del grupo, con los que estos días renegocia una deuda de unos 5.000 millones de euros, son “perfectamente conscientes” de la salvedad incluida por Deloitte en su auditoría. El grupo presentará sus resultados del ejercicio 2012 (cerrado en febrero de este año) a finales del mes que viene.
Para formular sus cuentas, El Corte Inglés se basó, entre otras disposiciones, en el Código de Comercio, cuyo artículo 24 estipula que "en casos excepcionales, si la aplicación de una disposición legal en materia de contabilidad fuera incompatible con la imagen fiel que deben proporcionar las cuentas anuales, tal disposición no será aplicable".
Ese artículo del Código de Comercio también señala que, "en estos casos, en la memoria deberá señalarse esa falta de aplicación, motivarse suficientemente y explicarse su influencia sobre el patrimonio, la situación financiera y los resultados de la empresa".
Las cuentas de El Corte Inglés fueron presentadas a sus accionistas en “conformidad” con el auditor, tal y como destaca el grupo en su memoria, y aprobadas por el 100% del capital social presente en la junta celebrada el pasado 26 de agosto por la empresa. Aunque el informe de Deloitte no aparece en la memoria anual abreviada que el grupo tiene colgada en su página web, sí está recogido en las cuentas depositadas por la empresa en el Registro Mercantil de Madrid.