Dice que debe la idea a su padre. Que se le ocurrió de manera casual. "A principios de este año, apareció una noticia en televisión en la que el perro guía de una persona invidente agredió a un transeúnte, acusando al invidente por ello". Y que la robótica no es más que uno de sus hobbies, como tocar el violín. Sea como fuere, Narciso Soto, con 18 años recién cumplidos, ha conquistado el premio Innovaciencia, que convocan el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
Ambos organismos buscaban talentos menores de 30 años y se han topado con uno mayúsculo en este algecireño y su bastón electrónico para invidentes. "Funciona como un sonar de un murciélago: manda una señal acústica, que no oímos porque es demasiado aguda para que la detecte nuestro oído, y en el momento que toca un obstáculo, vuelve, calculando la distancia que hay hasta él", explica.
"El primer paso para conseguir algo es autoconvencerte de que puedes con ello", asegura Narciso Soto
El proyecto al que Narciso empezó a dar forma el pasado febrero, llamado B-Compass, tiene un sensor a distancia orientable que detecta la presencia de obstáculos, lo que facilita la autonomía de la persona invidente en entornos desconocidos mediante dispositivos GPS. "Esto es algo que ni el bastón ni el perro guía conseguían hasta ahora", agrega, advirtiendo de que "sólo es un prototipo".
Asesorado por personal de la ONCE de su propia ciudad, el bastón diseñado por Soto avisa, mediante una vibración en el mango, de la presencia de obstáculos incluso en altura o de vehículos en un cruce. Tanto el software como el hardware los ha realizado con programas open source, lo que le ha permitido abaratar costes. Su prototipo de bastón electrónico, hecho a base de piezas de plástico ABS impresas en 3D, rondaría los 70 euros. "Facilita mucho el desarrollo de proyectos como este", aunque aclara que para una versión definitiva "se usarían otro tipo de materiales como aluminio".
"Todo se resume en la actitud que tengas"
Ahora, Soto acaba de llegar a Madrid para estudiar Ingeniería Aeroespacial. "Es duro, uno hace lo que puede", dice en referencia a sus estudios. De momento, los 2.500 euros que ha recibido por el galardón los invertirá en seguir haciendo lo que le gusta: "Cacharreando y aprendiendo, y exprimir al máximo lo que la universidad me ofrezca. Lo emplearé en continuar formándome y en realizar nuevos proyectos".
El bastón electrónico avisa mediante una vibración en el mango de la presencia de obstáculos
Preguntado por la clave de su éxito, se define como alguien con "muchas ganas de hacer cosas". "Yo simplemente he ido haciendo aquello que me gusta y creo que esto es lo que verdaderamente deberíamos hacer todos. Si tengo que elegir algo que me diferencie, diría la curiosidad, que no me falta", remata al respecto.
Él lo tiene claro: "Al final todo se resume en la actitud que tengas hacia las cosas. Si piensas que algo no va a salir bien, no saldrá bien. El primer paso para conseguir hacer las cosas es autoconvencerte de que puedes con ello".