Hoy, 1 de abril, entran en vigor los primeros recortes en los sueldos de los máximos ejecutivos de las empresas públicas italianas. Entre los grandes gerifaltes que llevan años (lustros algunos de ellos) al frente de los emporios estatales se encuentra Fulvio Conti, presidente de la eléctrica Enel, dueño de la española Endesa, sobre el que pesa la espada de Damocles no sólo del ajuste salarial sino también de su posible relevo, que podría producirse durante este mes de abril.
Antes de llegar al cargo de primer ministro, Matteo Renzi, por entonces socio de Gobierno de su predecesor, Enrico Letta, ya avisó de una de las andanadas que preparaba. El joven político de 39 años alertó a los "dinosaurios" que dirigen las grandes empresas y entidades públicas de que ni sus altísimos sueldos ni sus cargos iban a ser vitalicios. Fue sólo un aviso a navegantes, porque no dio tiempo a ponerlo en marcha. Cayó Letta y llegó Renzi, hace mes y medio, con una agenda de cambios que da vértigo.
Tanto es el vértigo que el nerviosismo se ha instalado en los despachos de los altos directivos de Enel y, por extensión, de su filial española Endesa. Conti, al igual que Paolo Scaroni, consejero delegado de la petrolera ENI, termina mandato en abril. Los dos, ejecutivos de larga trayectoria al frente de empresas estratégicas, tendrían que ser renovados y ratificados en sus respectivas juntas de accionistas, pero según las fuentes consultadas, el equipo económico de Renzi se prepara para mandarles a su retiro dorado.
El primer ministro italiano ha puesto en el punto de mira a los presidentes de Enel y ENI, cuyos mandatos vencen este mismo mes de abril
La decisión se tomará en breve, previsiblemente en la primera quincena de este mes. En el caso de Conti, que cobra casi 4 millones de euros al año, el relevo parece inminente a ojos de todos los analistas. Tiene 66 años, lleva 14 años al frente de Enel y ha sobrevivido a muchos primeros ministros y gobiernos de su pais
Para continuar en el cargo tendría que ser renovado por la junta de accionistas del próximo 7 de mayo para un tercer mandato, opción que cada vez parece menos posible según el actual escenario político empresarial italiano bajo la revolucionaria batuta de Renzi.
El flamante primer ministro quiere dejar claro que sus vientos de cambio no sólo soplan con el objetivo de poner patas arriba el status quo de poder de la convulsa y adocenada clase política italiana, sino también del aún más anquilosado y burocrático empresariado público italiano.
En la Ribera del Loira madrileña, donde se erige la acristalada sede de Endesa, los nervios se han acrecentado en los últimos días a tenor de los acontecimientos que vaticinan tambores de cambio en Enel.
Los cargos del presidente Borja Prado y del consejero delegado Andrea Brentan no están ligados a la permanencia de Conti, pero hay nerviosismo en Endesa ante los cambios en Italia y sus consecuencias en España
Son moderados estos nervios porque ni el cargo de Borja Prado, presidente, ni el de Andrea Brentan, consejero delegado, están supeditados a la permanencia de Conti. Los nervios se deben, esencialmente, a que un cambio en el presidente de la matriz acarreará, sin duda, relevos en el segundo nivel ejecutivo de Enel, sin descartar que éstos lleguen, en el medio plazo, a las cúpulas directivas de las principales filiales fuera de Italia.
Es un escenario que aún no se contempla en Endesa, pero que planea desde hace unas semanas, a modo de fantasma, por las cristaleras de los despachos de la alta dirección de la eléctrica española.
Sea como fuere, con la relativa calma que se puede tener cuando tu dueño controla el 96% el capital y depende del Gobierno de un país casi vecino, los directivos de la eléctrica española siguen muy de cerca los acontecimientos sin descartar ninguno de los escenarios, señalan fuentes cercanas al grupo.
En Italia ya se ha abierto la guerra de guerrillas entre algunos aspirantes al cargo, entre ellos los hombres de la casa Starace y Ferraris
En Italia, mientras tanto, nada más abrirse la carrera por las golosas presidencias de los gigantes estatales, ya hay ejecutivos italianos que comienzan a mover sus fichas. Para nuevo presidente de Enel suena el ambicioso Francesco Starace, que ya forma parte del grupo al dirigir, como consejero delegado, la filial renovable Enel Green Power. Otro peso pesado de la casa que también podría asumir el cargo es Luigi Ferraris, actual director financiero.
También se ha especulado en Italia con la vuelta al sector público de Vittorio Colao, cómodamente sentado ahora en el sillón de consejero delegado de Vodafone, o hasta en promocionar al respetado Andrea Brentan, que lleva en Endesa desde que Enel tomó el control en la época de Zapatero.
Mientras tanto, los que puedan llegar a la cúpula directiva de las empresas públicas italianas como los que se queden saben que los emolumentos no van a ser los mismos que hace años.
El primer ministro cobra 114.000 euros brutos al año y ha decidido 'topar' los sueldos para que ejecutivos como el presidente de la estatal Enel dejen de cobrar 4 millones de euros
Renzi cobra 114.000 euros brutos al año y se muerde las uñas al ver los desorbitados (al menos así lo percibe la opinión pública italiana) sueldos que cobran los ejecutivos de los grupos públicos.
Su Gobierno ha decidido 'topar' los salarios en 310.000 euros brutos al año, el sueldo que preside el presidente del Tribunal Constitucional, el cargo mejor pagado de la estructura estatal italiana.
Los 'capos' de ENI, Enel, Poste Italiane, Trenitalia (la Renfe italiana), RAI o Anas, entre otras, sufrirán fuertes recortes en sus salarios, aunque habrá diferencias entre los directivos de las puramente públicos y los que dirigen las sociedades cotizadas con participación estatal.