La salida a Bolsa de Metrovacesa estuvo marcada por el poco apetito inversor español y por el estancamiento de sus títulos en las primeras semanas de cotización. Las dudas ante el precio y la calidad de su suelo llevaron a los gestores españoles a apartarse de la OPV. Ahora que las aguas se han calmado, los fondos comienzan a incluir en sus carteras este valor.
Entre las gestoras más destacadas está Cobas (Francisco García Paramés), Magallanes y Kutxabank. Las tres tienen invertidos algo más de 17 millones de euros en acciones a precio de mercado y a cierre del primer trimestre del año y según los registros de la CNMV.
En concreto, Cobas ha introducido el valor en el fondo Iberia y supone a esa fecha el 2,5% de la cartera, unos 1,55 millones de euros.
La inversión realizada por Magallanes es más grande, de 5,8 millones y supone el 2,74% del peso de la cartera. No obstante, la mayor apuesta la ha realizado Kutxabank, que a través de dos fondos ha invertido 10,1 millones de euros.
Otras gestoras que apuestan por Metrovacesa son Buy & Hold, Bankinter AM, Credit Suisse o GVC Gaesco.
Entre los inversores internacionales destaca la participación de Blackstone, que junto a Banco Santander, ostenta un 3,95% de la promotora Metrovacesa, a través de Quasar Investment. No obstante, la primera posición extrajera en conocerse fue la de Schroders, que se produjo durante el proceso de salida a Bolsa de la compañía y lo hizo con un 4,3% el pasado 16 de febrero.
La nueva promotora
La Metrovacesa que volvió al parqué español no era la misma que lo dejó en 2013. La nueva cúpula directiva se encargó de hacerle un buen lavado de cara y dejarla a punto para competir con las más grandes del sector.
En octubre de 2016 traspasó todo su negocio patrimonialista a Merlin y Testa y se quedó sólo con su cartera de suelo y obras en curso. La promotora salió a las tablas con activos valorados en 2.600 millones y con una cartera de suelo que superaba los 6 millones de metros cuadrados edificables, en los que se pueden construir 40.000 viviendas.
Los títulos de la compañía caen algo más de un 4% desde su vuelta al parqué. Cotiza sobre los 15,2 euros por acción, lo que supone un descuento de 1,3 euros de su precio inicial.
El volumen durante los primeros días de cotización llamó mucho la atención, por lo bajo que fue. El único día "elevado" o comparable con una empresa del Ibex 35 fue durante la jornada del toque de campana, que negoció 7 millones de acciones. Durante su segundo día movió algo más de un millón, pero a partir de ahí las negociaciones fueron bajando y durante alguna sesión llegó a negociar tan solo 140.000 millones de títulos. Unas transacciones muy planas si se tiene en cuenta que esta salida a Bolsa era una de las más esperadas de este año.