Economía

La industria española pagó en 2023 el doble por la factura de la luz que la francesa

Los precios eléctricos del mercado alemán y francés han sido superiores a España, no obstante, la industria sigue pagando precios muy elevados con respecto a sus competidores europeos

  • Dos trabajadores con un vehículo en la fábrica de Ford en Almussafe -

Alemania y Francia han cerrado el año con precios de la electricidad que superan en cerca de un 10% a España. No obstante, la industria española pagó en ese año por su factura de la luz, que en algunas ocasiones supone hasta el 50% de sus costes totales, el doble que sus competidores franceses y un 40% más que sus rivales alemanes. 

Según los datos que comparte esta semana la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), el precio final que pagó la industria electrointensiva en España fue de 93,14 euros por megavatio hora (MW/h) frente a los 41,76 euros de Francia y los 66,83 euros de Alemania. 

La gran industria de estos dos vecinos europeos, que concentran gran parte del tejido industrial del Viejo Continente, compra su electricidad con contratos más competitivos que el precio de sus mercados eléctricos, que cerró 2023 un 8,7% más caro en Alemania frente a España y un 10,3% más caro en el caso francés

En el caso de la industria francesa, el 61,58% de sus grandes consumidores de electricidad están acogidos a la tarifa ARENH (Acceso Regulado a la Energía Nuclear Histórica). Un sistema que consiste en un contrato a largo plazo, de 15 años, para la compra de la producción nuclear de la empresa pública EDF que se suministra a un precio fijo de 42 euros/MWh.

El 70% de la industria en Alemania, según recuerdan desde AEGE, contó en 2023 con un precio límite de 130 euros megavatio hora. Mientras que la industria española compra en su mayoría en una composición de precios de mercado y promedios de precios futuros. “No operamos en igualdad de condiciones”, denunció el presidente de AEGE, José Antonio Jainaga, en el foro de su asociación ante una audiencia plagada de representantes gubernamentales.  

El otro factor determinante de esta diferencia de tarifas son los costes regulados. España incluye una serie de ‘extras’ como la compensación de ajuste del tope al gas. Los costes regulados de peajes de la red, cargos del sistema, pagos por capacidad, pérdidas y servicios de ajuste que en 2023 añadieron a la tarifa 14,92 euros por megavatio hora, mientras que en Francia no superó el euro y Alemania alcanzó los 3 euros/MWh por este apartado. 

Esa diferencia es la que provoca la queja de la industria española, ya que las últimas medidas gubernamentales buscaban incentivar tanto los contratos a largo plazo como la respuesta activa de la demanda. El sector demanda la reducción de los peajes a los electrointensivos, la fiscalidad en el sector eléctrico o las ayudas por los costes indirectos de las emisiones. 

La industria frena la demanda de luz

Este escenario provoca que parte del tejido industrial español haya frenado su actividad. Incluso, hay algunas fábricas que no han podido hacer frente a esta subida de su principal coste. La tendencia de los grandes consumidores eléctrico ha llevado a que la demanda de electricidad en España haya caído a niveles que no se veían desde 2003, con un retroceso del 2,3% con respecto a 2022. 

La tendencia ha mejorado en el último tramo del año. En agosto, la demanda de electricidad de las grandes empresas sufría desplomes cercanos al 10% en comparación al año anterior.

El sector metalúrgico, que supone el 24,5% en la demanda de electricidad de la industria, redujo su consumo un 10,7%. El sector químico consumió por entonces un 9% menos de electricidad y la fabricación de papel cedió en su demanda un 8,8%. La caída en el conjunto de la industria no fue mayor porque a mediados de año se registraba crecimientos del 6,8% de la demanda del sector automóvil. 

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El nuevo ministro de Industria, Jordi HereuEuropa Press

Unos datos que evidencian que los grandes consumidores de energía no se han recuperado de la caída de la producción de los últimos años. Se estima que casi dos tercios de la reducción neta en la demanda de luz de la Unión Europea en 2022 provino de industrias de uso intensivo de energía que se enfrentan a precios elevados de la energía tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Y con más guerras e incertidumbre internacional, el sector reclama, principalmente al nuevo ministro de Industria, sus medidas ágiles que les permitan no perder competitividad frente a sus vecinos europeos. 

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