No hay viaje a Groenlandia posible que remedie ahora el daño que a la imagen de la familia Botín produce la condena, conocida el jueves, recaída sobre Jaime Botín, tío de la presidenta de Santander y expresidente de Bankinter.
El banquero ha sido condenado a 18 meses de prisión y a una multa de 52,4 millones de euros por un delito de contrabando de bienes culturales, por querer sacar en barco el cuadro de Pablo Picasso Cabeza de mujer joven, para venderlo en Reino Unido sin contar con autorización.
La sentencia, que va a ser recurrida en apelación, se produce una semana después de que las cadenas del grupo Mediaset emitieran el programa de Jesús Calleja en el que Ana Botín viaja a Groenlandia sensibilizada por el cambio climático, y en el que la presidenta del mayor banco español se esmeró por ofrecer una imagen cercana al espectador.
"Esta no es una pintura de España. No es un tesoro nacional, y puedo hacer lo que quiera con esta pintura", dijo Jaime Botín a 'The New York Times'
La condena de Jaime Botín (Santander, 1936) echa por la borda el esfuerzo de su sobrina por acercarse al español de a pie a través del programa de Calleja. Los Botín se han convertido en una especie de 'Familia Real' de la banca española, y sus actos son seguidos con una atención o curiosidad similar a la que despiertan las andanzas de las monarquías europeas.
Lejos de aparentar arrepentimiento alguno o de pedir perdón, Jaime Botín, con una fortuna estimada en más de 1.500 millones de euros, defiende su actuación sin ambages. "Esta es mi pintura. Esta no es una pintura de España. No es un tesoro nacional, y puedo hacer lo que quiera con esta pintura ", declaró en una entrevista concedida a The New York Times hace cuatro años.
¿Puede hacer la familia Botín lo que quiera con sus propiedades? La condena del que es ahora primer accionista de Bankinter remueve además la memoria de los mismos españoles a los que Ana Botín ha tratado de acercarse en el programa de Calleja.
Entre otras razones, porque refresca el recuerdo del caso, archivado, por el que se hizo público que la familia Botín disponía de cientos de millones de euros en Suiza, un asunto tabú, sobre el que nada se ha vuelto a hablar, y al que, por supuesto, no aludió Jesús Calleja en su programa con la presidenta de Santander.