El Fondo Monetario Internacional (FMI) confirma el dato que avanzó en junio y que hace suyo este martes el Gobierno: la economía española crecerá un 2,4% este año. Son cinco décimas más de lo que esperaba el organismo internacional en abril y cuatro más de lo que el Gobierno auguraba desde hace meses.
De cara a 2025, mantiene su previsión de crecimiento para España en el 2,1%. En términos generales, la economía mundial crecerá un 3,2% este año y un 3,3% el año que viene, mientras que si se mira sólo a las economías avanzadas, el incremento se reduce al 1,7% y 1,8%, respectivamente.
En el resto de principales economías europeas el FMI prevé crecimientos más modestos este año. Alemania crecerá sólo un 0,2% este año y un 1,3% ya en 2025. Francia, un 0,9% y un 1,3% respectivamente; mientras que Italia avanzará un 0,7% y 0,9%. En general, son estimaciones similares a las que publicó el abril.
"En la zona euro, la actividad parece haber tocado fondo. En línea con las proyecciones de abril de 2024, se espera un modesto repunte del 0,9% para 2024 (una revisión al alza de 0,1 puntos porcentuales), impulsado por un mayor dinamismo de los servicios y unas exportaciones netas superiores a las previstas en el primer semestre del año; se prevé que el crecimiento aumente hasta el 1,5% en 2025", comenta.
Esto se ve respaldado por un consumo más fuerte gracias al aumento de los salarios reales, así como por una mayor inversión derivada de la flexibilización de las condiciones de financiación en un contexto de relajación gradual de la política monetaria este año. Sin embargo, "la persistente debilidad del sector manufacturero apunta a una recuperación más lenta en países como Alemania".
Inflación en los servicios
En todo caso, donde pone ahora el foco el FMI es en la "persistente inflación de los servicios". Alerta de que ésta "lastra la desinflación y complica la normalización de la política monetaria". Es decir, "aumenta el riesgo de una mayor inflación y se perfila un panorama de tasas de interés más altas durante más tiempo en medio de crecientes tensiones comerciales e incertidumbre al alza respecto de las políticas".
En el análisis específico sobre España que publicó en junio, el FMI ya alertó de que las previsiones de crecimiento expuestas estaban sujetas a "las incertidumbres" de "la fragmentación geoeconómica y política interna". En este sentido, destacaba que "los riesgos siguen inclinados a la baja para el crecimiento y al alza para la inflación".
En junio España registró una inflación del 3,4%, un punto por encima de la media de la eurozona. Además, como las presiones se localizan ahora en los servicios (turismo, restauración, etc.), la inflación subyacente (sin alimentos frescos ni energía) lleva dos meses estancada en el 3%. Tasa que también sigue de cerca el Banco Central Europeo en sus decisiones de política monetaria.
En el último informe anual sobre empleo que publicó hace unos días la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), destacó que "España se encuentra entre los países de la OCDE donde los salarios reales han disminuido más desde el inicio de la pandemia".
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Si la economía española crece un 2,4% este año, y la inflación un 3,4%, dónde esta el crecimiento?