Mercados

Los inversores descuentan acontecimientos negativos e inmediatos sobre España

Así lo perfila una curva de tipos en la que el bono a 5 años está ya más alto que el 10. Sólo una persona puede evitar esa situación: se llama Mario Draghi, pero no parece por la labor. 

Así lo perfila la curva de tipos: el bono a 3 años está 20 puntos básicos por encima del activo a 10 años, aunque durante el día llegó a estar a menos de 10; prácticamente a la par. Por su parte, el papel a 5 años acabó exactamente en la misma cota que el 10 años, pero llegó a estar por encima durante gran parte del día. Era impactante ver al 5 años al 7,52% mientras el 10 se pagaba al 7,48%, aunque solo fuera durante unas horas. ¿Qué significa eso? El mercado descuenta que es más seguro estar a largo que a corto plazo, justo lo contrario de lo que indica la ortodoxia que, para mayor plazo exige mayor interés. Algo malo se avecina en breve.

Una curva de tipos plana indica recesión y poco acceso a los mercados, pero si se abomba en los tramos cortos, esbozando lo que podrían parecer granos en un gráfico, indican “que entre el corto y largo plazo va a pasar algo que hará que la calidad crediticia de lo más lejano sea mejor. Algo tan importante que compensará incluso el paso de ese tiempo extra. Puede ser un rescate, una quita, una ayuda financiera… llámalo x, pero es una contingencia de la que conviene alejarse”.

Con estas palabras se expresaba un operador de bonos ayer por la tarde. Un acontecimiento negativo que llegará más pronto que tarde y que no será nada bueno para la economía o, al menos, nada que vaya a atraer a inversores. Sin embargo, aunque la situación parece desesperada, la coyuntura está claramente agudizada por la presión de los mercados, que impide que se valore el efecto real de las reformas.

Septiembre bien... si el BCE ayuda

En Banif, por ejemplo, indican que ya se están dando algunas circunstancias que permitirían contemplar un mes de septiembre con menos presión sobre la deuda soberana. Algunas como “las auditorias individuales sobre el sector bancario español, el pronunciamiento del Constitucional alemán sobre las nuevas funciones del ESM, o el desarrollo de mecanismos para hacer efectiva la obligatoriedad de asunción de pérdidas a los tenedores de instrumentos híbridos de capital (...) son clave para el futuro”.

Pero, tal como aseguran, “en el más corto plazosólo el BCE tendría la capacidad de ser un verdadero balón de oxígeno”. Una circunstancia que no parece que vaya a llegar con la rapidez necesaria, a tenor de las declaraciones que se escuchan por parte del presidente del banco central, Mario Draghi, o desde Alemania, donde insisten una y otra vez en que el organismo emisor no debe comprar deuda española.

Por su lado, desde medios de comunicación como The Guardian, dan por descontado el rescate financiero total sobre España. Hacen buena la curva de tipos. Habrá que ver si tenía razón el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, cuando descartó totalmente el rescate. Los mercados, desde luego, contemplan una gran sacudida con impacto en el riesgo soberano y la capacidad de recobro. Y no demasiado tarde. 

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