Las maniobras de José María Enríquez Negreira amenazan al Barça con un revés sin precedentes. Todos los proyectos en torno al club -incluida la macrofinanciación de la reforma del Camp Nou con parte de sus ingresos como garantía, que se tiene que cerrar en marzo- parecen ahora pender del hilo en torno a los pagos al exnúmero dos del arbitraje que siga la Fiscalía y, tras ella, las entidades que rigen el destino del fútbol nacional.
Y es que, como informó este diario a partir de fuentes de la gobernanza del fútbol, los riesgos son reales y serios, tanto para el club como para su presidente, Joan Laporta. El mandatario blaugrana afronta un proceso judicial de dimensiones desconocidas con LaLiga como víctima tras soltarle la mano a su titular, Javier Tebas, para apoyar la Superliga europea liderada por Florentino Pérez -quien, en materia de arbitraje, tiene un brete con su delegado arbitral, Carlos Megía Dávila, por ser marido de la actual responsable del arbitraje femenino en el Comité Técnico de Árbitros, Yolanda Parga.
LaLiga, confirmó este viernes Tebas, aguarda por el inicio de la investigación penal del Barçagate ante los múltiples indicios de irregularidades; de hecho, el propio mandatario de la patronal, también abogado, ha opinado que existen suficientes motivos para que se lleve a cabo una investigación judicial profusa. Por su parte, el proyecto rupturista que lidera Florentino Pérez espera una inminente sentencia favorable del Tribunal de Justicia de la Unión Europea esta misma primavera, con negociaciones ya en marcha con decenas de clubes en toda en Europa.
Lo que podría ser balsámico para el gran socio del Madrid, el Barça de Laporta, podría quedar en ruina dependiendo de cómo evolucione el caso Negreira. Y es que, en el mejor de los plazos con los que trabajan en la directiva blaugrana, la Superliga no podría empezar hasta la temporada 2024/2025, según ha podido saber Vozpópuli.
La consecuencia de Negreira podría privar al Barça de la Superliga
El acceso a la competición se vería mediado por la posición en la liga nacional de cada club, de las pocas circunstancias que hasta ahora no planteaban riesgos financieros para los culés. Sin embargo, las diligencias de Fiscalía han abierto un panorama radicalmente distinto que podría acabar con el Barça fuera de la Superliga, la que es la única vía para evitar su conversión en sociedad anónima, en palabras del expresidente Josep Maria Bartomeu.
El descenso de categoría e incluso la inhabilitación para competir por hasta cinco años aparecen entre las medidas que podrían reclamar las entidades afectadas, como LaLiga, por los presuntos ilícitos de los que se acusa a los blaugrana: haber girado hasta siete millones de euros al número dos del comité arbitral entre 1994 y 2018 para intentar influir en el arbitraje y adulterar la competición en su beneficio.
Casualmente, la situación del Barça recuerda a la del otro gran socio en la Superliga, la Juventus, que acaba de sufrir sanciones deportivas por fraudes contables, si bien las condenas -hasta el momento- no han sido tan graves. Quince puntos y la salida del ámbito público de Andrea Agnelli que costarán también una liga este año a los de Turín pero, por lo pronto, no una hipotética clasificación a la Superliga.
El 'moggigate' vislumbra un panorama al Barça
La Juventus, eso sí, alberga un panorama de lo que puede suceder al Barça: en 2006, sufrió las consecuencias de la mayor causa de conspiración arbitral hasta la fecha, que le costó la categoría. Fue en la temporada 2004/2005 que la policía empezó a interceptar conversaciones telefónicas que atestiguaban el intento de directivos, como el director general de la Vecchia Signora, Luciano Moggi, de influir en designaciones arbitrales.
Las escuchas y su filtración a la prensa impulsaron una investigación fiscal y judicial que acabó forzando la irrupción en el caso de los, en un primer momento, reacios tribunales deportivos. Al cabo de dos años, la Federación italiana condenó al equipo más ganador de Italia con la pérdida de los últimos dos scudettos y el descenso a la Serie B.
Desde el momento en que la Fiscalía interponga una querella y el juez la admita a trámite, lo que pondría fin al plazo de prescripción penal y avivaría el alcance jurídico a todas las partes afectadas
En el caso de los blaugrana, el club empezará a correr riesgos deportivos una vez que la Fiscalía interponga una querella y el juez la admita a trámite, lo que pondría fin al plazo de prescripción penal y avivaría el alcance jurídico a todas las partes afectadas, según remarcan fuentes de la gobernanza del fútbol nacional. El presunto delito que se investiga, de corrupción deportiva, no prescribiría, al menos, hasta mediados de este 2023, ya que le correspondería un plazo de al menos cinco años desde el fin de la comisión.
La relación contractual del Barça con la sociedad matriz de Enríquez Negreira, Dasnil 95, culminó al cierre de la temporada 2017/2018, por lo que el ministerio público habría de presentar su querella y un juez, admitirla a trámite antes de julio para que no prescriba. La Federación Española de Fútbol, como parte presumiblemente investigada, podría también apurar medidas contra el club.
DANIROCIO
que nadie se haga ilusion que su FARSA no le pasara nada si acaso un tiron de orejas y quedara como mentiroso el denunciante vamos lo tipico en España,hay estamentos intocables y no digo nada nuevo
PijoListo
Antes cae el Gobierno y la Oposición juntos
Fmrlo
Y las casas de apuestas, ¿todavía admiten apuestas de este engendro de club?, ¿y mi pobre quiniela que se quedó en 12 aciertos quién sabe si por manipulaciones del engendro?, ¿a quien reclamo yo?.. C h o r i z o s, eso es lo que son, vulgares C h o r i z o s.
giledu
Evidentemente el comportamiento de las sucesivas directivas culés es el mismo que el de los políticos independentistas, con la desgraciada visión victimista de gran cantidad de catalanes a los que, por más que le pongan una evidencia aplastante, siempre negarán el 3% de los Pujol y los intentos del Barsa de "influir" en los colegiados. Lo de influir se ve en el contrato con Negreira en el que destaca la "verbalidad" de los informes, por los que las pruebas documentales de influencia en el arbitraje es imposible de encontrar. Pasa lo mismo con el equipo femenino (y masculino) ministerial del bello Antonio, al que le tienen un terror cerval, a la vista de cómo pierden los cargos con casi una simple mirada. Si Negreira hablaba, podías pasar a la "nevera" o descender de categoría, sin nada que se pudiera encontrar por escrito. Pero no hay que darle al Madrid los títulos en dónde haya quedado segundo, no. Sí quitárselos al Barsa y descenderlo de categoría. Será tarea imposible, tal y cómo es la política hoy en España y en la UE. Al menos han conseguido que en el futuro siempre podamos poner un mohín de incredulidad en la pérdida de prestigio. Se lo han ganado; los culés y los catalanes. Como nosotros nos hemos ganada a esta clase política por concederles nuestra confianza.