Una de las primeras tareas que tendrá que asumir el próximo Gobierno será la ejecución de los grandes proyectos de los fondos europeos Next Generation EU, conocidos como PERTEs. Son 12, están dirigidos a ámbitos estratégicos como la energía y la tecnología, y para desarrollarlos está previsto que España reciba 42.480 millones de euros desde Bruselas en forma de transferencias a fondos perdido y préstamos.
A día de hoy sólo se han ejecutado convocatorias por un 17% de esa cuantía, con 7.300 millones de euros comprometidos (esto significa que se han resuelto, aunque puede que el dinero aún no haya llegado al beneficiario final), según datos actualizados por el Gobierno en la adenda enviada a la Comisión Europea esta semana. En definitiva, y dicho de otra forma, el próximo Ejecutivo tendrá la tarea de movilizar, convocar y asignar el 80% del dinero previsto para estos fines, algo más de 35.000 millones.
El ritmo actual, que el Ejecutivo califica en el documento como "bueno", ha sido cuestionado por varios servicios de estudios y consultoras especializadas en el asunto, no sólo por el planteamiento de las convocatorias (con requisitos gravosos para las empresas, como la obligación de acudir en agrupaciones, el nivel de cofinanciación o las garantías exigidas), sino también por los retos derivados de la propia situación económica y de los mercados (como la subida de costes y la falta de trabajadores cualificados).
En este sentido, Llorente y Cuenca (LLYC), en su último informe publicado este jueves, señala que "deben simplificarse las condiciones de acceso a estos proyectos, de forma que se incentive la presentación de propuestas". También la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), en un artículo reciente, apunta a las "dificultades" en la implementación de los proyectos estratégicos, con un ejemplo claro en el PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC).
En la primera convocatoria, el Ministerio de Industria sólo repartió 794 millones de los 2.975 millones presupuestados, es decir, apenas el 27%. El resto quedó pendiente de repartir en una segunda parte que, en inicio, iba a ver la luz antes de mayo. Sin embargo, con una renovación de la cúpula del Ministerio entre medias, los últimos mensajes apuntaban ya a junio. Ahora cada vez hay más dudas sobre su salida completa antes del 23-J.
PERTEs aún sin arrancar
A esto se suma que algunos PERTE aún no han despegado porque se financiarán prácticamente en su totalidad con los préstamos que España recibirá de Bruselas, y que hasta hace unos días no había solicitado. Con la adenda presentada el pasado 7 de junio se espera que el Gobierno reciba 7.700 millones adicionales en transferencias no reembolsables, 84.000 millones en préstamos, y otros 2.600 millones del programa RePowerEU para reducir la dependencia energética de Rusia.
Entre los PERTE que se financiarán con la adenda, que se entiende como una segunda parte del Plan de Recuperación (PRTR), destaca el Proyecto con más fondos asignados de todos: el de microelectrónica y semiconductores (PERTE Chip). De los 12.250 millones asignados a este proyecto (un 29% del presupuesto total de los PERTEs), 11.975 millones vendrán de la adenda y sólo 275 millones de la primera parte del Plan, el que se ha venido ejecutando hasta ahora.
Además, no todos los PERTEs estaban contemplados en origen. El de Descarbonización Industrial, el más reciente de todos, lo aprobó el Consejo de Ministros el pasado 27 de diciembre de 2022 con el compromiso de ejecutar 3.100 millones (finalmente serán 3.170 millones) entre 2023 y 2026. "En 2023, se han lanzado las primeras convocatorias del PERTE CHIP y se ha aprobado una primera transferencia del PERTE de descarbonización de la industria", dice el Gobierno en la adenda al PRTR.
Sin embargo, hay otros proyectos cuya financiación ya estaba contemplada en la primera parte del PRTR y, aunque deberían haberse comprometido ya en su mayor parte, están lejos del objetivo, como es el caso del PERTE VEC. En todos los casos el tiempo apremia, puesto que el reglamento europeo marca que todas las inversiones, sin distinción, deben haberse concluido, a más tardar, el 31 de agosto de 2026.
Después del PERTE Chip, el que cuenta con una mayor dotación es el PERTE ERHA (energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento), que absorbe otro 29% del presupuesto total destinado a los grandes proyectos. En concreto, tiene asignados 12.094 millones de euros, tras atribuirle el Gobierno en la adenda 1.939 millones de euros más en forma de subvenciones de lo inicialmente previsto.
El siguiente PERTE con más fondos para gastar es el VEC (vehículo eléctrico y conectado), con un 10%. Sin embargo, tal y como refleja LLYC en su informe, los grandes ganadores de los reajustes planteados en la adenda son el PERTE ERHA y el PERTE Agua (con 705 millones más de lo previsto en inicio).
"Esto refleja que a los tres principales objetivos en cuanto a volumen de fondos en los PERTE (creación de una industria de la microelectrónica, transición energética hacia energía renovables y reducción del consumo de combustibles fósiles mediante la descarbonización de la industria española), se les suman los esfuerzos en atajar el problema del agua en España", comenta LLYC.