La inflación es un tsunami al que parece no escaparse ningún sector, tampoco el tecnológico. Los precios subirán hasta un 5% en las próximas semanas, tal y como ha podido confirmar Vozpópuli con los principales fabricantes de tecnología del país. Hablamos de dispositivos como ordenadores portátiles, tablets o teléfonos móviles. Los cortes en la Ruta de la Seda causados por la invasión rusa de Ucrania, desde donde llegan a Europa gran parte de los productos de China vía ferrocarril, y el incremento en el coste del combustible, están detrás de este encarecimiento.
"Grandes superficies de venta de tecnología ya están registrando subidas en el precio de algunos productos", explican a este diario fuentes relacionadas con estos comercios.
El encarecimiento del petróleo tiene un impacto directo en todos aquellos bienes de consumo que necesitan ser desplazados en medios de transporte dependientes del gasoil, la gasolina o el queroseno. En un mundo tan globalizado como el actual, prácticamente hablamos del 100% de esos productos.
China está considerada la fábrica del mundo. Es allí donde se desarrolla desde la ropa hasta las mascarillas, desde los coches hasta la tecnología. Fabricantes como Samsung, Apple, LG, Panasonic, Xiaomi o Huawei trabajan tienen intereses en la región. Bien porque compran componentes en la zona, bien porque tienen fabricas allí. Precisamente China es la segunda derivada en la subida que precios de la tecnología. Se ha visto también afectada por la guerra.
La Ruta de la Seda y su incidencia en los precios
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha sido el revoloteo de una mariposa que se ha hecho sentir en casi todos los rincones del mundo. Se han cerrado fronteras, levantado muros en el comercio internacional, recortado frecuencias aéreas... El mundo ya no fluye como hace un mes.
"La Ruta de la Seda no se puede utilizar con normalidad por seguridad y porque los trenes están afectados en su normal funcionamiento. Se trata de la vía ferroviaria que une China con Rusia, y Rusia con el resto de Europa. La guerra ha obligado a buscar otras vías de transporte para suministrar productos a Europa, vías que son más caras", explican fuentes del sector a este diario. El tren de la llamada Nueva Ruta de la Seda recorre más de 13.000 kilómetros. Arranca en Yiwu, localidad ubicada al este de China, y atraviesa Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, Francia y España, entre otros países.
El transporte de productos desde China a otros lugares se realiza fundamentalmente de tres maneras: por aire, por tren y por mar. Ya en el país de destino, generalmente y si son regiones no muy vastas -caso de la mayoría de países de Europa-, se continúa el trayecto hasta el destino final a través de camiones.
La situación actual de la Nueva Ruta de la Seda ha convertido el barco en el sistema logístico preferente para las empresas, dado que el espacio aéreo también está afectado.
Los puertos chinos no dan abasto
Los puertos chinos llevaban tiempo saturados. Esta presión viene derivada de la pandemia del coronavirus y la alta demanda de ordenadores y tablets. El hecho de que gobiernos de todo el mundo tuvieran que confinar a la población impulsó el teletrabajo y el estudio a distancia generó la necesidad de renovar el parque de equipos por otro más moderno que permitiese afrontar con garantías este nuevo escenario. Esto ha multiplicado el trabajo de los barcos de transportes.
Algunos de los fabricantes consultados por este diario aseguran que la presión en la demanda comenzaba a remitir en las últimas semanas. Hubo crecimientos del 55% en las compras en el caso de los ordenadores portátiles cuando arrancó la pandemia, según datos de Intel. Pero ahora esa demanda comenzaba a caer.
Los cortes en la Nueva Ruta de la Seda y el desvío de parte de la logística a los puertos chinos han vuelto a estrechar el cuello de botella. Además, los confinamientos por covid en el país han afectado a muelles muy importantes para el transporte, como lo son el de Shangai y Shenzhen, lo que suma otro problema más a la ecuación del incremento de precios.
"Como sucede con todo, el incremento de la demanda supone el aumento en los precios. Llevar producto a Europa se ha encarecido. Hay fabricantes que no van a repercutir al cliente final el sobreprecio, pero otros sí lo van a hacer. De hecho, es algo que ya estamos viendo", aseguran a Vozpópuli otras fuentes.