A 1 de octubre de este año, la Seguridad Social tuvo que hacer frente al pago de 10.238.434 pensiones, por un importe total de 12.896 millones de euros, a una media mensual de 1.259,55 euros. El 63,65% del total de pensiones corresponden a jubilación. Son más de 6,5 millones. Las segundas pensiones en importancia por número son las de viudedad. Hay 2,35 millones y representan casi el 30% de todas las pensiones. La Seguridad Social tiene que abonar además 983.310 pensiones de incapacidad permanente, el 9,6%; 340.010 pensiones de orfandad, el 3,32%; y 46.228 de favor de familiares, apenas el 0,45% de la nómina mensual.
Si alguien tiene la curiosidad de sumar los porcentajes de las cinco clases de pensiones contributivas verá que supera el 100%. Pero es que la legislación española permite el cobro de dos pensiones simultáneamente, siempre y cuando el importe global de ambas no supere en ningún caso el importe de la pensión máxima. Es por eso que en el sistema público de pensiones hay 967.919 pluripensionistas, que suponen el 10,4% del número total de pensionistas, que asciende a 9,26 millones.
Al sistema público de pensiones le espera para el próximo año un aumento de alrededor de 150.000 nuevas nóminas a satisfacer, lo que elevaría el total a 10,4 millones, teniendo en cuenta los incrementos anuales registrados en los últimos ejercicios. Este incremento supondrá una coste adicional de 2.800 millones de euros anuales, teniendo en cuenta que la pensión media en octubre de 2024 era de 1.259,55 euros mensuales, a los que habrá que añadir una revalorización que estará entre el 2,84% y el 2,95%, de acuerdo con la marcha del Índice de Precios de Consumo.
El aumento del número de pensionistas y de pensiones a pagar por la Seguridad Social ha sido una constante a lo largo de los últimos años. El envejecimiento de la población ha disparado la entrada de nuevas personas en el sistema, aunque no de una forma estable. En 2021, todavía bajo las secuelas de la pandemia, hubo cerca de 111.000 nuevas pensiones que pagar. Un año después, en 2022, a pesar de que las consecuencias sanitarias de la covid 19 habían disminuido de forma espectacular, solo se sumaron a la nómina 87.000 pensiones más. El año pasado, fueron 123.330 nuevas pensiones.
Con los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en el año móvil octubre de 2023 a octubre de 2024, el número de pensiones ha subido en 152.762, lo que supone un aumento relativo del 1,51%. Pero este aumento no ha sido regular en cada clase de pensión. El Gobierno de Pedro Sánchez tendrá que hacer frente el próximo año a 115.000 nuevas pensiones de jubilación; otras 38.500 de incapacidad permanente y a cerca de 900 de favor de familiares. En el periodo analizado hay un descenso del número de pensiones de viudedad (algo más de 1.000) y de orfandad (alrededor de 900).
Evolución de las pensiones de incapacidad permanente
Una de las cosas que más sorpresa causa el análisis de estos datos es que una de cada cuatro nuevas pensiones en 2025 será de incapacidad permanente, a pesar de que solo representan el 9,6% del total. En los últimos doce meses, el aumento relativo del número de estas pensiones ha sido del 4,07%, cuando la media general es del 1,51% y el de las pensiones de jubilación, del 1,8%.
Rebuscando en las estadísticas históricas de la Seguridad Social se observa que el número de pensiones por incapacidad permanente ha permanecido estable en el entorno de las 950.000 en los últimos cuatro años. De hecho, el 1 de mayo de este mismo año había 953.936 pensiones por IP que abonar. Un mes después subieron a 961.000; en agosto, a 974.000, y en octubre a 983.310. En apenas seis meses, desde abril a octubre, las pensiones por incapacidad permanente se han incrementado en 36.752.
Uno de los factores que influyen en este incremento tan meteórico está relacionado con las secuelas que ha dejado la pandemia del covid 19 en muchas personas, que han terminado incapacitadas para la práctica de una actividad laboral. Además, las bajas laborales de más de un año de duración están niveles desconocidos en los últimos años. En España se perdieron el pasado año un total de 386 millones de jornadas de trabajo, el equivalente a que 1,1 millones de personas no acudan nunca a trabajar. Según un estudio conjunto de la Mutua Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas las bajas laborales suponen la ausencia de un trabajador de su puesto durante 22 días.
El coste para las arcas públicas del abono de las pensiones por incapacidad permanente se ha elevado en un 22,46% en los últimos cuatro años: ha pasado de 935 millones en diciembre de 2020 a los actuales 1.145 millones de octubre del presente ejercicio.