Lejos de calmar las aguas, el principal banco de Alemania ha fijado ya en el horizonte la crisis que se le avecina a la principal economía de Europa.
Después de que el Banco Central del país advirtiera este lunes de la inminente posibilidad de un crecimiento negativo al cabo de septiembre, el Deutsche Bank ha ido más allá: sus analistas han dado por hecha la recesión con luz y taquígrafos.
Según sus cálculos, la economía germana se contraerá un 0,25% al cabo del tercer trimestre, más del doble de la caída del 0,1% en el segundo. Ello, inciden los analistas, en un contexto de "creciente fragilidad de la economía global".
Merkel reaccionaría solo a una "profunda recesión"
Su línea es similar a la delineada por el Banco Central de Alemania. El Bundesbank ha mostrado su preocupación ante el riesgo de que la situación internacional no llegue a mejorar antes de que la economía del país empiece a verse seriamente afectada por su 'frenazo' industrial.
El Gobierno de Angela Merkel, por lo pronto, tiene en su mano la posibilidad, por él mismo reconocida, de inyectar en torno a 50.000 millones de euros en la economía para aplacar la que, sería, la primera recesión en una década para la locomotora de Europa.
En cualquier caso, avanzó Bloomberg, la canciller solo impulsaría medidas de calado ante un escenario de "profunda recesión"; mientras tanto, se ciñiría a su regla de oro fiscal, según la cual, para este año, solo podría inyectar hasta unos 3.500 millones a la economía, lejos de los 50.000 que tuvo de superávit el pasado ejercicio.