El indicador adelantado del IPC ha experimentado una ligera mejoría -de cuatro décimas, al 10,4%- en agosto pero la inflación subyacente sigue disparada, una "mala noticia" que preocupa a los expertos, que alargan las tensiones de los precios en 2023, incluso prevén que siga en un 9% dentro de 12 meses. La inflación subyacente, el índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos, refleja el contagio de los precios energéticos y de los alimentos al resto de productos, sin relación con la guerra en Ucrania, y sigue inexorable su escalada: se dispara al 6,4%, tres décimas más que en julio y nueve más que en junio, la tasa más alta desde enero de 1993.
El vaivén de previsiones que manejan distintos organismos y gobiernos en un contexto de elevada incertidumbre ha llevado de vaticinar a principios de año que hacia el verano la inflación bajaría, a empeorar y alargar sus estimaciones en primavera, para volver ahora a considerar que las tensiones irán remitiendo en los próximos meses. Es la lectura que está dando ahora la vicepresidenta primera para Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
Sin embargo, los expertos consultados por Vozpópuli alertan de que el dato de inflación sigue siendo muy elevado y ponen el foco en la espiral de la subyacente.
"Estos datos muestran que la inflación continúa situada en niveles muy elevados por lo que se mantienen riesgos importantes al alza sobre nuestras previsiones de inflación de 2022 y 2023", avisa CaixaBank Research.
"Este dato continúa apoyando una revisión al alza de nuestras previsiones de inflación para el conjunto del año actual y el venidero. El incremento de los futuros cotizados del precio del gas en agosto podría implicar una revisión al alza de nuestras previsiones de la electricidad, a pesar de que el impacto del precio del gas sobre el PVPC se ha reducido por el tope del gas", insiste el servicio de estudios del primer banco en España.
Por otro lado, CaixaBank Research alerta en una nota de que "el aumento de la inflación subyacente, de naturaleza más persistente, apunta a que las presiones inflacionistas podrían extenderse en 2023".
En este sentido, señala que el swap de inflación a un año para España (inflación esperada en los próximos 12 meses) ha repuntado hasta el 9%, un incremento importante con respecto a la expectativa a cierre de julio del 7,1%.
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha alertado de una "fuerte desaceleración tras el verano". El 18 de julio elevó su previsión de inflación al 8,8% este año y al 5% el que viene. Estas previsiones están sujetas a que la inflación no sea aún más elevada y, en este sentido, no descarta la recesión si el último trimestre es finalmente negativo. "Estaremos rozando la recesión", ha avisado Raymod Torres, director de Coyuntura de Funcas.
El consenso de los expertos
A su vez, el 20 de julio, el Panel de Funcas, que agrupa las estimaciones de una veintena de organismos económicos, revisó al alza de nuevo la previsión de la inflación media para este año, hasta el 7,9%, un punto más que en el anterior Panel, mientras que la tasa para 2023 sube al 3,1%, nueve décimas más que la estimación de mayo. Cabe recordar que en enero de este año el consenso apuntaba a una inflación media anual del 3,5%. Las previsiones para la subyacente se han revisado en una magnitud semejante, hasta el 4,6% y el 3,3% para 2022 y 2023, respectivamente.
Javier Ferri, investigador de Fedea y profesor de la Universidad de Valencia, es más optimista. Destaca que la subida de la inflación subyacente es una "mala noticia", pero cree que en agosto se puede empezar a romper la mala racha y confía en los efectos de la batería de medidas de política monetaria del Banco Central Europeo.