Pedro Sánchez ve la España de 2022 tan bien como la veía José María Aznar en 1997. Y la percepción de la economía en 2023 es incluso mejor. Nadie diría que el país sigue preso de un virus, con millones de ciudadanos temerosos de quitarse la mascarilla, y miles de empresas al ralentí.
Una lectura en diagonal del Libro Amarillo, que recoge las líneas maestras de los Presupuestos Generales del Estado, basta para comprobar que el Gobierno no ve la botella medio llena, sino rebosante. El optimismo desaforado de Sánchez se basa no sólo en el esperado 'manguerazo' de fondos europeos (27.633 millones).
El líder socialista está convencido de que las familias españolas abrirán al máximo el grifo del gasto, el cual servirá a su vez de combustible para las empresas. Todo un círculo virtuoso con final feliz para la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que espera elevar un 8,1% la recaudación (un 11,8% en el caso de Sociedades y un 9,5% con el IVA).
"Este aumento intenso y prolongado de los ingresos se explica, fundamentalmente, por la continuación del proceso de recuperación económica tras la salida de la fase más dura de la crisis sanitaria, así como por la afluencia de los fondos europeos", señala el Libro Amarillo. A lo largo de sus 440 páginas, el documento describe cómo España logrará crecer un 7% en 2022, una cota que sigue estando seis décimas por debajo de la previsión del Fondo Monetario Internacional pese a la última revisión (del 5,8% al 6,4%).
La piedra angular es el gasto de los hogares. "Se espera que el consumo siga siendo el principal motor que impulse el crecimiento, mientras que a la vez la inversión se recupera lentamente", indica el documento presentado este miércoles por Montero. Si las familias gastan, todo fluirá. "El crecimiento de las exportaciones permitirá que el sector exterior vuelva a contribuir de forma positiva al crecimiento", señala el Libro Amarillo. "En línea con la reactivación del crecimiento de nuestros principales socios comerciales, los mercados españoles de exportación en 2022 experimentarán una intensa recuperación alcanzando un 6,4%", añade.
Si las familias gastan, todo fluirá: desde el comercio a la industria, pasando por las exportaciones
El mismo documento augura que "el mercado laboral continuará recuperándose, de manera que se creará empleo y se reducirá la tasa de paro". Dan fe de esto último los presupuestos de la Seguridad Social: los ingresos previstos por cotizaciones se dispararán un 9%, hasta los 136.345 millones, lo que permitirá cubrir nada menos que el 75,3% del gasto.
Casi todo irá bien, a ojos del Gobierno. El Libro Amarillo está plagado de supuestos brotes verdes. Asegura que "la industria se mantiene en su senda de recuperación desde los primeros meses de 2021" y que el turismo "empezó a dar muestras claras de una incipiente recuperación en mayo, intensificándose desde entonces".
Otros indicadores de la recuperación son "el dinamismo de los últimos meses del gasto con tarjetas, que pasó de ritmos interbienales en torno al 6% a principios de 2021, a tasas próximas al 40% en agosto". O la "favorable evolución" los bares y restaurantes, "que pasan de caer más de un 30% respecto a 2019 en enero a crecer cerca de un 50%".
Incluso la actividad de plataformas como Netflix o Amazon permite entrever la alegría de los hogares: "El gasto en la partida de otros servicios, que incluye comercio electrónico y suscripciones online, crece a finales de julio a tasas del 170%, frente a ritmos del 90% antes de la pandemia, lo que podría reflejar cambios estructurales hacia una mayor digitalización del consumo". "El sentimiento económico se sitúa en niveles superiores a los anteriores a la pandemia", remata el documento.
El gran objetivo de Sánchez es dejar a España en pleno estado de forma de cara al año electoral de 2023, aunque ello suponga llevar al límite la deuda y el déficit
El gran objetivo de Pedro Sánchez es dejar a España en pleno estado de forma de cara al año electoral de 2023, aunque ello suponga llevar al límite la deuda y el déficit del Estado. Según el FMI, el déficit bajará al 5% en 2022 y seguirá por encima del 4% en los años siguientes: 4,4% en 2023, 4,2% en 2024 y 2025, y el 4,3% en 2026. Paralelamente, la deuda pública bajará al 116% en 2022 y quedará estancada en ese nivel hasta 2025. Las previsiones de la institución con sede en Washington evidencian que a España le costará años regresar a la senda pactada con Bruselas, suspendida actualmente por la pandemia.
Esta evolución preocupa a muchos economistas y lleva a la oposición parlamentaria a preguntar por qué el Gobierno no empieza a anticiparse a lo que puede ocurrir en 2023. A saber, que nuestros socios europeos comiencen a reclamar la vuelta de la disciplina fiscal y que el Banco Central Europeo endurezca su política y abandone las compras de deuda.
Lo saben Montero y Calviño. Y, más que nadie, Pedro Sánchez, que se juega su futuro político y el de la economía nacional a que se cumpla el 'círculo virtuoso' del Libro Amarillo.