El Estado cerrará 2022 con un ingreso récord del impuesto de hidrocarburos impulsado por el extraordinario alza de los carburantes. Una situación que el Ministerio de Hacienda espera que se modere en 2023. No obstante, las previsiones que refleja el Proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) evidencian que el próximo año se mantendrán elevados los precios de la gasolina y el gasóleo.
Sus estimaciones reflejan que en el próximo año los ingresos del Estado por este impuesto especial se situarán en 5.014 millones de euros. Una cifra que un 18% menos que los 6.138 millones con los que espera cerrar 2022 y un 32% mayor de los 3.792 millones de euros que recaudó Hacienda por esta partida en 2021, el último año previo a esta crisis.
Si se incorpora la recaudación que logran las comunidades con esta partida, los ingresos totales de la Administración por esta partida ascenderán a los 13.125 millones de euros. Un ingreso que superaría en un 3,8% los 12.647 millones con los que espera cerrar este años y un 14% más que los niveles de 2021. Hacienda matiza que para 2023 se realizan espera una leve disminución de los precios de los carburantes que hará que la bajada del consumo sea pequeña y que permitirá subir el ingreso por este impuesto especial.
"En los últimos meses, el crecimiento de los ingresos en el Impuesto sobre Hidrocarburos se ha ralentizado significativamente consecuencia de los persistentes altos precios de gasolinas y gasóleo de automoción, los dos principales consumos. Hasta julio el aumento fue del 11,2%, aunque la tendencia es hacia una moderación de esta tasa acabando el año un poco por encima del 10%", reflejan los Presupuestos.
Hacienda espera que el precio del barril de Brent, la referencia europea, se sitúe en 96,9 dólares frente a los 101,8 dólares de 2022 y los 70,7 dólares de 2021. Como recuerdan en el documento, el petróleo se encuentra desde marzo en niveles sensiblemente superiores a los de 2021, en un contexto de reducción de las exportaciones rusas a la Unión Europea y de recortes de los países de la OPEP+, factores parcialmente compensados por la contención de la demanda por la reducción de las previsiones de crecimiento a nivel mundial.
La reducción de un 40% de las importaciones rusas de crudo y productos petrolíferos, la depreciación del euro frente al dólar en lo que va de año y con el aumento de los márgenes de refino a nivel global por el desajuste de oferta y demanda de productos petrolíferos (gasolina y diésel) son sus claves de este aumento del coste de los carburantes en los meses centrales del año.
¿Mantendrá Hacienda las ayudas?
El Ministerio de Hacienda saca pecho en los Presupuestos Generales del Estado de haber logrado acolchar esta escalada de precios. "En este contexto, las medidas adoptadas para contener el alza de los precios, y en concreto la bonificación de 20 céntimos por litro de gasolina y gasóleo, están teniendo un efecto importante pero no compensan totalmente la aceleración registrada en el mercado mayorista", explica.
Su recaudación ha superado con creces el coste que presupuestó de esta subvenciona a los carburantes. Hacienda anunció que se elevarían hasta los 1.423 millones de euros la factura que tendría que pagar el Estado por su ayuda de 20 céntimos por litro de carburante durante los meses de mayo, junio y julio.
Tras su anuncio de ampliarlo hasta finales de año, desde el Ejecutivo se cifró el aumento de esta factura en 4.038 millones de euros. En total, según sus previsiones, el coste de la subvención es de 5.461 millones de euros, cuando en la primera mitad ya ha recaudado 6.104 millones sólo con este impuesto especial.
Esta bonificación finaliza, en principio, el próximo 31 de diciembre. La duda es si, en un escenario de altos precios y con una inflación galopante, el Gobierno decidirá no prolongar esta medida a lo largo de 2023.