Miles de personas se han manifestado estos días en los municipios del sur de Tarragona y del norte de Castellón en protesta y repulsa por los más de 400 terremotos provocados por la inyección de gas colchón en el almacén subterráneo del Castor.
Los ánimos están muy caldeados entre la ciudadanía de localidades como Les Cases D’Alcanar (Tarragona) y Vinaroz y Peñíscola (Castellón), después de que los temblores derivaran en terremotos mucho más serios, varios de ellos de entre 4,1 y 4,2 grados en la escala Richter.
Las sospechas de la ciudadanía, los ayuntamientos, la Generalitat catalana y de muchos expertos apuntan a Florentino Pérez, presidente de ACS, empresa que explota el Castor a través de Escal UGS, ya sea por negligencia de sus técnicos a la hora de inyectar el gas o por falta de transparencia a la hora de prever e informar sobre los seísmos.
Los vecinos de la zona buscan culpables y la empresa que explota el almacén de gas está en todas las quinielas.
Así que el presidente del Real Madrid, sabedor de que es persona non grata por aquellas tierras valencianas y del sur de Cataluña, hizo un quiebro estratégico el pasado sábado para no asistir al partido de su equipo contra el Levante.
Temía el empresario madrileño que las duras pancartas (ver foto adjunta) que los manifestantes habían llevado por las calles acabaran en el estadio Ciudad de Valencia y que la pitada fuese monumental.
Así que aprovechando que casi a la misma hora se celebraba en Vitoria la final de la Supercopa Endesa 2013 de baloncesto, el presidente del club hizo una excepción y pasó del fútbol. Tradicionalmente, el empresario presta escasa atención a la sección de baloncesto del club merengue y no suele ir a partidos de esta índole. Pero esta vez la jugada le salió bien, porque el Real Madrid se llevó el trofeo al ganar al Barcelona, el equipo de fútbol hacía lo propio en Valencia y salía airoso con un 2-3 y él evitaba pasar el mal trago de ir a Valencia.
El partido fue tranquilo y el hecho de que en el palco no estuviera Florentino tranquilizó a la afición valenciana, que fue muy respetuosa con el equipo contrario.
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