Apenas 57 días después de anunciar en el Consejo de Ministros las medidas de ahorro energético, entre las que se incluye la obligatoriedad para las administraciones de fijar la temperatura a 27 grados, Moncloa ha quitado el termómetro de la sala de prensa. Entonces, como ya contó este diario, la presidencia del Gobierno 'suspendió', ya que informó de la adopción del decreto con 26 grados. Pero al menos desde el pasado martes, el termómetro que mide la temperatura ya no está.
Lo cierto es que desde que el Gobierno decretó los niveles de temperatura, algunos periodistas se han quejado abiertamente del calor en sala. Especialmente en las ruedas de prensa concurridas. "No me he atrevido a abanicarme delante de la ministra", se ha llegado a escuchar.
No me he atrevido a abanicarme delante de la ministra
No obstante, el Ejecutivo ya avisó a los españoles de que deben "acostumbrarse al abanico", según reconoció una alta fuente gubernamental. Los 27 grados son obligatorios en interiores en verano para el sector público y comercios, grandes superficies, cines, teatros, estaciones, aeropuertos, hostelería y centros de distribución. Y, en invierno, el baremo está en 19 grados.
Desde que el Gobierno de Pedro Sánchez instó a guardar las corbatas en los armarios, ni un solo miembro del Gobierno y de Moncloa, en general, lleva el lazo atado al cuello. En verdad, cuando se anunciaron las medidas, el termómetro de Moncloa acaparó todas las miradas de los periodistas y los focos de los reporteros gráficos, interesados en saber si el Gobierno cumpliría o no sus propias medidas en su propia casa. Pero no lo hizo por 0,4 grados.
