Era uno de los comentarios que se extendieron con rapidez entre los periodistas -cerca de 2.000, según los organizadores- que estos días cubren la Cumbre de la OTAN en el Recinto Ferial de Madrid. El menú del día, de algo más de 20 euros, incluía una referencia destacada: "Ensaladilla rusa".
Un plato y un gentilicio... curioso cuanto menos, teniendo en cuenta que Rusia se ha erigido como la principal amenaza contra la Alianza en su nuevo concepto estratégico. Pero este miércoles, último día de Cumbre, el servicio de cátering ha optado por matizar el plato: ya no hay "ensaladilla rusa", sino "ensalada tradicional". No vaya a ser...
"¿Habéis visto el primer plato del menú? Es... ensaladilla RUSA", repetían los asistentes a la Cumbre al ver el menú detallado en la cafetería del centro de prensa. "Qué puntería", respondían quienes, incrédulos, se asomaban al panel con los platos disponibles.
Casa Real no quiso caer en el mismo error. Cuentan fuentes presenciales en la cena organizada el martes en el Palacio Real que no hubo ensaladilla rusa, sino "ensaladilla de Kiev". Claro guiño a la situación que se vive en Ucrania, pero también la decisión de no manifestar ningún apoyo o querencia hacia Moscú. Ni siquiera en los platos servidos.
Los organizadores del cátering servido en el centro de prensa han tomado nota de los comentarios, que también se extendieron por redes sociales. Y este miércoles, a las puertas de la cafetería, se produjo el cambio: no más "ensaladilla rusa", sí "ensaladilla tradicional". Todo ello coincidiendo con la redacción del concepto estratégico de la Alianza, donde los socios definieron a Rusia como principal amenaza a la seguridad colectiva.
Sin ensaladilla rusa
Y si los asistentes a la Cumbre bromearon sobre la presencia de la "ensaladilla rusa" en el menú, tampoco pasaron desapercibidos otros elementos de la cafetería. Principalmente, los precios. Un salmorejo cordobés, 7,70 euros; un bocadillo o un sándwich, 7 euros; el refresco, a 3,75; y el "estofado del día", a 15,50. El menú completo, 20,35.
Teniendo en cuenta que es el único punto donde los 2.000 periodistas acreditados a la Cumbre pueden comprar comida o bebida... echen cuentas.