¿Estaba ocupado con otros asuntos?, ¿estaba convencido de que los otros abogados le iban a ganar el juicio?, ¿creía que el proceso iba a acabar con la absolución?, ¿sabía que había seguido una estrategia equivocada?, ¿no había dinero para pagarle los hoteles, los taxis y los almuerzos en La Coruña?, ¿o es que su trabajo, fuera de los tribunales, ya había acabado?
Fuese por la razón que fuese, Alfonso Suárez Hernández, abogado del gabinete jurídico de Izquierda Unida en este proceso, no acudió ni a una sesión del juicio, que ha durado un año.
En el trámite de las conclusiones provisionales, el asturiano Suárez acusó al capitán del Prestige, Apóstolos Ioannis Mangouras, al capitán del remolcador Ría de Vigo, Antonio Lampón Barciela, y José Luis López Sors, director general de Marina Mercante cuando se produjo el accidente, de varios delitos (desobediencia y contra el medio ambiente y los recursos naturales), por los que pedía que se les condenase a varios años de cárcel.
Sin embargo, cuando comenzó la vista oral, el 16 de octubre de 2012, el letrado de izquierdas, cuyo nombre sonó en su Asturias natal como miembro de la terna presentada en junio para cubrir una plaza de magistrado enla Salade lo civil y penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, no compareció en ninguna de las sesiones.
No se trató sólo de una grosería para con los acusados, sino para con el tribunal, los demás involucrados y los votantes de IU.
Tanto ha molestado este comportamiento que los magistrados de la Audiencia Provincial de La Coruña lo han hecho constar en la sentencia, dos veces y con las siguientes palabras:
- “Izquierda Unida no se dignó comparecer en ninguna de las sesiones del juicio ni formalizó acusación definitiva.”
- “No obstante esta parte no se dignó comparecer ni intervenir efectivamente en juicio.”
La coalición de izquierdas gallega de la que forma parte Izquierda Unida en Galicia, Alternativa Galega de Esquerda (AGE), difundió un comunicado en que declaraba que tenía “sospechas” sobre la limpieza del juicio; es decir, acusaba a los magistrados de prevaricar. Sin embargo, no decía nada sobre la ausencia de su abogado para tratar de que la justicia triunfase sobre esos oscuros intereses.
Así es difícil que Izquierda Unida pueda impugnar la acusación de que le interesaba más el barullo contra los Gobiernos de José María Aznar y Manuel Fraga que hacer justicia y defender a los perjudicados por la marea negra.