El episodio de la detención o retención de Rodrigo Rato por agentes de Vigilancia Aduanera ha provocado un auténtico terremoto entre el cuerpo de inspectores de Hacienda destinados en la Agencia Tributaria (AT), que son los que habitualmente tramitan los expedientes de delito fiscal, que califican el procedimiento seguido contra el ex vicepresidente del Gobierno Aznar y ex gerente del FMI como “absolutamente excepcional”. Hay marejada para rato, nunca mejor dicho, en la inspección de Hacienda.
Los inspectores sostienen que Vigilancia Aduanera no es una policía, y que por mucho que afirmen haber actuado como policía judicial, no puede actuar como tal quien no es policía. Precisamente como no son policías, en las aduanas hay Guardia Civil, de modo que cuando la AT detecta mercancía que se quiere introducir ilegalmente en nuestro país, acude expresamente a la Guardia Civil.
En la AT ha habido gente que ha llegado a calificar lo ocurrido con Rato de “una forma de terrorismo de Estado”, algo que suena realmente fuerte
En el caso de Rato, el ministro Montoro no ha avisado a la Guardia Civil quizá por temor a que los agentes de la Benemérita exigieran cumplir las garantías constitucionales, y ha optado por hacer creer al juez que el personal de aduanas son policías. De lo que se deduciría que la detención o retención de Rato no ha sido tal, puesto que no se ha realizado por funcionarios de policía, si no que estaríamos más bien ante un secuestro o, en el mejor de los casos, ante una retención ilegal. En la AT ha habido gente que ha llegado a calificar lo ocurrido con Rato de “una forma de terrorismo de Estado”, algo que suena realmente fuerte. Un asunto, en suma, que podría traer marejada de largo recorrido den los tribunales de Justicia.
Ni que decir tiene que los inspectores han criticado con dureza el trato dispensado por los funcionarios de aduanas a Rato, trato que califican de “vejatorio y humillante”, porque le han tratado “como si fuera un terrorista o un peligroso criminal”, algo que nunca hubiera consentido la profesionalidad de los cuerpos de policía. Es un trato que no suele dispensar la AT, acostumbrada a tratar con “absoluta corrección” a cualquier persona, incluso en el caso de la existencia de indicios de delito fiscal.
Particularmente insultante ha parecido a no pocos inspectores de Hacienda el ya famoso “golpe de nuca” que el funcionario de aduanas propina al político siendo del todo innecesario. “La excusa de aduanas es falsa, porque el señor Rato sube y baja de los coches sin golpearse la cabeza, y no es necesario que un funcionario mal educado y carente de toda profesionalidad le proteja. De verdad, en estos momentos sentimos vergüenza de trabajar en una AT dependiente del señor Montoro”.
Particularmente insultante ha parecido a no pocos inspectores de Hacienda el ya famoso “golpe de nuca” que el funcionario de aduanas propina al político siendo del todo innecesario
Hacienda realiza siempre el envío a la fiscalía de los expedientes de delito fiscal con absoluta discreción, precisamente por el derecho a la defensa y a la presunción de inocencia del contribuyente, amén de la confidencialidad de los datos fiscales. De hecho, muchos expedientes de delito fiscal quedan sin efecto porque la fiscalía considera que las pruebas no son suficientes o porque el contribuyente aporta pruebas no conocidas, razón por la cual no se puede criminalizar a nadie hasta que así lo acuerda un juez.
Críticas a la prensa en la Agencia Tributaria
“En el caso de Rato”, afirman en la AT, “se ha violado su presunción de inocencia y además se ha violado el deber de confidencialidad al difundir en la prensa su investigación fiscal, porque se está suministrando a los medios información confidencial de un contribuyente, violando así la Ley General Tributaria y la Ley de Protección de Datos”.
La conclusión que en la AT se extrae del incidente entero es que la ley no es igual para todos y su aplicación mucho menos aún, cosa que millones de españoles sospechan desde hace tiempo o saben a ciencia cierta porque lo han sufrido en sus carnes. “Al señor Rato no se le ha tratado como a cualquier ciudadano, porque no se le ha aplicado el procedimiento usual a cualquier contribuyente con indicios de delito fiscal, sean famosos o no”.
Los inspectores se muestran muy críticos con los medios de comunicación. “A los medios les está divirtiendo mucho este tema, porque cualquier reedición del viejo beso de Judas es algo excitante, ver cómo un nuevo Bruto asesina a su maestro Julio Cesar es alucinante, y reparar en cómo un Gobierno destruye a su propio partido no deja de ser asombroso. Ver caer a un poderoso ha sido siempre un espectáculo de plaza pública. Pero los medios no se dan cuenta de que se están convirtiendo en cómplices de unas prácticas que vulneran el Estado de Derecho y rozan el terrorismo de Estado, en cómplices en la negación de los derechos constitucionales a un ciudadano, cómplices, casi, de un linchamiento público”. Muy duros en la AT con los medios.