Una de las traiciones que más escuecen a Pedro Sánchez es la del portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, quien fue su fiel escudero mientras estuvo al frente de la secretaría general hasta octubre pasado. Las razones por las que Hernando se ha pasado a las filas del adversario, informan en Ferraz, no son ni de ideología ni de afinidades políticas, sino que obedecen a puras razones materiales. Varios miembros del comité federal que el día de autos vivieron en primera persona la tumultuosa reunión que obligó a Sánchez a dimitir, le oyeron hablar con su mujer en el garaje de Ferraz, 70, haciéndole esta pregunta tan sincera por teléfono: “si sigo con Pedro, ¿cómo vamos a pagar la hipoteca?
Con este lastre, Hernando optó, como es sabido, por priorizar sus intereses, aceptó su continuidad como portavoz del grupo socialista en el Congreso cuando la gestora que controla Susana Díaz se lo ofreció y pasó del rotundo ‘no es no’ a Mariano Rajoy a defender la abstención en su investidura. Desde entonces, no volvió a hablarse con su antiguo protector.
Reconocimiento de Felipe VI
El antiguo ayudante de Pedro Sánchez le ha dicho a sus amistades que con este papelón “rindió un gran servicio al país” y añade que así se lo reconoce ni más ni menos que Felipe VI, teniendo en cuenta que era extremadamente delicado dar la cara en estas circunstancias quedando deslegitimado no solo ante los diputados socialistas que más se identificaron con la etapa de Sánchez sino ante el resto de los parlamentarios de todos los colores que se sientan en el hemiciclo.
Hernando también les ha dicho a sus amigos que da por descontado que después del congreso federal los ganadores le darán otra alta responsabilidad ya que su obligación será poner su cargo actual a disposición de la nueva dirección del PSOE. Y da por seguro que el elegido para sustituirle será Eduardo Madina, quien después de una larga travesía por el desierto después de perder las primarias de julio de 2014 por culpa, entre otras, de la federación andaluza, ha conseguido aproximarse a Susana Díaz en la certeza de que será la próxima secretaria general del partido.