La comunicación escrita que la ministra Ángeles González-Sinde hizo llegar a la Sociedad General de Autores y Editores a finales de septiembre no sentó nada bien en el organismo. La noticia, que se filtró y fue dada a conocer por ABC ayer, tiene más historia detrás. En realidad, Sinde ya se ha dado de baja dos veces: la primera, en 1998, para fundar otra sociedad protectora de los derechos de los productores audiovisuales y cineastas, y la segunda, ahora.

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El anuncio de su salida de la SGAE llega justo unos días después de unas duras declaraciones que hizo Sinde durante su participación en el encuentro europeo de Ministros de Cultura. Desde Bruselas, la ministra solicitó a la justicia española que esclareciera irregularidades y pusiera en su sitio a los responsables de gestionar de manera fraudulenta 145 millones de euros correspondientes a los derechos de autor.Muchos se preguntan por qué lo hace ahora –pedir justicia y marcharse- en lugar de hacerlo antes.

En una conversación con Vozpópuli, el actual portavoz de la junta directiva de la SGAE, Sabino Méndez, comentó que le resultaba “chocante” la decisión de Sinde, porque la comunicó y la hizo efectiva justo cuando los propios  autores han asumido la tarea de “sanear” la institución.  “No hacemos valoraciones políticas de esto, lo que nos da pena es que haya sido  en medio de un proceso de este tipo”, comentó Mendez.

Antes de ocupar su cargo como ministra, Ángeles González Sinde ya se había separado de la SGAE. En 1998, Sinde, junto a un conjunto de autores que estaban descontentos con la forma en que se gestionaban los derechos, se embarcó en la creación de otro organismo que ejerciera las mismas funciones que la SGAE, se trataba de DAMA (Derechos de Autor de los Medios Audiovisuales).

Desde el año 1999 hasta 2003, Sinde fue vocal de la junta directiva de DAMA, cuyo presidente en aquel entonces era el cineasta Moncho Armendariz. Según confirmó a Vozpópuli el actual director de DAMA, José Luis Domínguez,  Sinde abandonó esta sociedad en 2004, justo para volver a la SGAE y no para asumir el Ministerio, como publicó originalmente el ABC.

Según José Luis Domínguez, al momento de ser creada DAMA, la  SGAE comenzó a ejercer un agresivo proceso de acoso, amenazas y recursos legales para impedir el funcionamiento de una entidad que, claramente, le hacía competencia. No fue hasta 2003, con la intervención de la Comisión Nacional de Competencia, que el conflicto se dio por zanjado. La SGAE se vio obligada a llegar a un acuerdo y a respetar a su competidor. Sin embargo, DAMA se veía económicamente estrangulada por la cantidad de obstáculos interpuestos en su camino.

“Desde la aparición de DAMA, en 1999, hasta el 2004, cuando se llegó a un acuerdo, la SGAE lo tenía todo retenido. Teníamos autores pero no podíamos gestionar sus derechos. Llevábamos cinco años sin poder hacerlo. Lógicamente la gente tiene que comer y se dio el plazo a los autores que así lo desearan para volver a la SGAE. Ángeles González Sinde estuvo entre los que se marcharon”, dice el director actual de DAMA, entidad que hoy  agrupa a 650 autores y gestiona más de 2.000 obras.

En la actualidad, algunos especulan con la decisión de Sinde de volver a darse de baja. Para algunos es un desmarque político y el inicio de su regreso a DAMA. Aunque desde el despacho de Cultura ningún miembro del Gabinete de Sinde habla sobre el tema, no se sabe hasta el momento si se trata de una forma de desembarazarse del problema que supone SGAE –por la pésima y fraudulenta gestión- o si se refiere a una decisión a título personal.

Sabino Méndez confirmó a Vozpópuli que la carta de Sinde no da motivos, sólo comunica la baja.  Lo que sí es cierto es que, desde hace ya dos meses, González-Sinde prepara su regreso a un sector que nunca ha abandonado y al que no ha dejado de mimar con sus medidas de gobierno. Se conoce, por su publicación en el Boletín del Estado de la semana pasada, de la ayuda extraordinaria de 2,8 millones de euros que autorizó el Ministerio de Cultura para el cine, además de las gestiones que está realizando Sinde en Europa para conseguir convenios y subsidios para el sector.