La ingeniería pública Ineco subcontrata en ocasiones encomiendas de trabajos a Cetren, una entidad sin ánimo de lucro dependiente del Ministerio de Fomento que está presidida por Corsini y dirigida por Javier Villén, también ex directivo de Renfe. Centren es, a la sazón, la única entidad autorizada en España para realizar certificaciones de material ferroviario, con lo que actúa en situación de auténtico monopolio.
Ineco emplea de este modo a Cetren para concurrir a proyectos de empresas privadas relacionados con homologación de materiales, con una doble ventaja. En primer lugar, la posición de monopolio de Cetren. Pero, especialmente, lo competitivas que resultan sus ofertas, toda vez que la cobertura de costes la tienen asegurada gracias a los contratos que Ineco tiene asegurados con Aena, Renfe y Adif.
Muchos de estos contratos se adjudican sin licitación. Una serie de modificaciones legales introducidas en la época en la que Magdalena Álvarez estaba al frente de Fomento han permitido a la ingeniería pública obtener contratos sin licitación previa, es decir, “a dedo”.
De esta forma, Ineco se permite presentar ofertas cuyo precio está hasta un 50% por debajo de los precios de mercado gracias a los mencionados contratos.
A la hora de presentarse a este tipo de procesos abiertos por las empresas privadas, Ineco ofrece también la garantía de que las certificaciones saldrán adelante, toda vez que los funcionarios de Fomento que deben dar el visto bueno trabajan también para Ineco o para Cetren.
Así, las empresas privadas han montado en cólera en diversas oportunidades en que se han dado casos que consideran de competencia desleal, con ejemplos prácticos en los últimos tiempos como los casos de los operadores ferroviarios de transporte de mercancías Continental Rail (ACS) y Alsa Rail.