España

Rajoy preparó su discurso de investidura en las oficinas de José Ignacio Wert

 La semana pasada se pudo ver pasando alguna tarde entera a Mariano Rajoy, en compañía de Soraya Sáenz de Santamaría y Pedro Arriola, en las oficinas de José Ignacio Wert de la calle Velázquez, preparando su discurso de investidura. Allí, un Rajoy súper laborioso planteaba sus argumentarios y desde foros peperos insistían anoche en el peso específico que tiene Soraya, que metió su mano en el discurso con profusión, con Arriola y Wert muy participativos también, por supuesto.

 La semana pasada se pudo ver pasando alguna tarde entera a Mariano Rajoy, en compañía de Soraya Sáenz de Santamaría y Pedro Arriola, en las oficinas de José Ignacio Wert de la calle Velázquez, preparando su discurso de investidura. Allí, un Rajoy súper laborioso planteaba sus argumentarios y desde foros peperos insistían anoche en el peso específico que tiene Soraya, que metió su mano en el discurso con profusión, con Arriola y Wert muy participativos también, por supuesto.

“Si dicen tal cosa, contestaremos tal otra y si salen con esto, rebatiremos con esta otra cuestión”, seguramente podría escucharse a los cuatro, enfrascados en un toma y daca dialéctico, que no en vano Mariano Rajoy ha sido considerado siempre un buen parlamentario y ahora, a pesar de la mayoría absoluta, no era cuestión de realizar un discurso desangelado.

Wert es un hombre muy cercano a Arriola y ha estado colaborando en la campaña electoral de Rajoy. Por tanto, cobra carta de naturaleza la afirmación de que el gabinete creado por el gallego está formado por personas afines y leales.

Aun así, el suspense con los nombramientos ha sido generalizado. El nuevo ministro de Cultura, hasta la fecha presidente de la consultora Inspire, tuvo que salir disparado a Moncloa anteayer al medio día desde su despacho cuando le convocó Rajoy para darle la noticia. Wert no entraba en las quinielas de nadie como ministrable. Sí para otros cargos, como RTVE, pero su nombramiento al frente de la cartera cultural y deportiva ha sido una sorpresa, incluso para él.

Quizá por eso, calificó con un 8 su discurso de investidura en la Cadena Ser, donde ha estado participando como tertuliano. Si llega a saber que iba a ser ministro, a lo mejor tiraba al 10… o tal vez rebajaba moderadamente su nota, para no parecer excesivamente pelotillero.

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