Repsol hizo ayer jugosas plusvalías de 78,4 millones de euros en la colocación del 5% de autocartera que adquirió hace tres semanas (y catorce sesiones bursátiles). Pero este objetivo se ha quedado en el mínimo previsto. La compañía que preside Antonio Brufau esperaba registrar unas plusvalías máximas de 106 millones. Repsol gana un 35% menos de su tope previsto.
La operación, realizada a través de un proceso de colocación acelerada, se cerró a 22,35 euros por título, es decir, en la parte más baja del rango de los tres niveles de precios dado por los bancos. que oscilaba entre 22,35 euros y 22,80 euros, según los detalles de la venta distribuida por las cinco entidades colocadoras (BBVA, Deustche Bank, Goldman Sachs, JP Morgan y UBS), a los que ha tenido acceso Vozpópuli.
Repsol adquirió a finales de diciembre un 10% de autocartera a 21,066 euros, en el contexto de la refinanciación de la deuda de su accionista Sacyr (ahora posee un 10%). Ahora, esta colocaciónle permite hacer plusvalías del 6,1%, frente al objetivo máximo previsto del 8,2%.
No obstante, la colocación, que Repsol abrió la noche del pasado martes, tuvo buena aceptación. En la mañana del miércoles, el 80% de la operación estaba cubierta por los inversores internacionales, sobre todo americanos. A pocos minutos del cierre de los libros, a las 9,30 de la mañana, hora española, de ayer miércoles, la operación estaba 1,3 veces suscrita, según fuentes colocadoras.
Nueva referencia para Pemex
Por otro lado, la operación de ayer de Repsol eleva de nuevo la presión en Pemex, la petrolera mexicana que mantiene un conflicto interno en su decisión de aumentar o disminuir su peso en Repsol, a raíz de la ruptura del pacto con Sacyr.
La petrolera que preside Antonio Brufau deja una nueva marca a favor de una posible venta y deja la puerta abierta a Pemex a hacer plusvalías del 14,6% mínimo gracias a la nueva referencia que marcarán sus posibles movimientos corporativos (compró un 4,6% el pasado verano a 19,5 euros por títulos).
En este esquema, Pemex podría ganar unos 112 millones de euros si coloca un 3,2%. La petrolera mexicana baraja la idea de la venta de este porcentaje con el fin de que su peso se quede en un 6,25% (legalmente cada 6,25% de Repsol da derecho a un consejero), desde su actual 9,5%. Otra buena parte del consejo de Pemex, entre los que se encuentra su director general, Juan José Suarez Coppel, es partidario de adquirir un 3% más para incrementar su posición hasta el 12,5% y optar así a un segundo consejo.
Fuerte especulación en el mercado
Las acciones de Repsol cayeron ayer un 5,71%, hasta 22,19 euros, por debajo de la operación. Los títulos, suspendidos en la apertura del mercado, regresaron al parqué a las 10.30 de la mañana con fuertes caídas.
Este tipo de ajustes nada más volver a la cotización responde a la elevada especulación que desencadenó las operaciones de trading de los inversores institucionales posterior a la colocación. El precio de venta a 22,35 euros por acción supone un 5% de descuento respecto al cierre del pasado martes.
Para algunos brokers esta operación es una decepción porque la petrolera al final ha troceado el paquete y el 5% inicial no ha ido a parar a un inversor estratégico afín al plan estratégico de la compañía. “Sorpresa negativa para el mercado dado que se esperaba que Repsol colocara la autocartera vía trade sale (menos especulador) tal y como explicó la hoja de ruta que marcó la dirección de Repsol el día que anunció la compra de esta autocartera”, dice una nota interna de Merrill Lynch. En esta idea también ha insistido Banco Espirito Santo (BES).
No obstante, en líneas generales, el mercado ha aplaudido la operación. Tanto las entidades colocadoras (como BBVA), como algunos inversores institucionales que han acudido a la operación (como Bankia) lanzaron ayer informes positivos de la operación.
La incertidumbre pesa ahora sobre el destino del 5% restante de autocartera. En este sentido, Repsol podría a largo plazo encontrar un inversor estratégico o bien recurrir a inversores institucionales de nuevo. En el caso de que no saliera ninguna de estas opciones, Repsol baraja la idea de distribuirlas en forma de dividendo (script dividend). Lo que sí tiene claro la dirección de Repsol es que Pemex, u otro accionista de la petrolera española, quedan descartados.