Podemos tiene un arma. El problema es que tiene altas probabilidades de herirse al manipularla. El adelanto electoral en Andalucía está casi decidido. Y a la izquierda a la izquierda del PSOE le pilla mal. Ni Yolanda Díaz ha creado su plataforma ni los morados tienen aún un candidato o candidata clara para presidir la Junta.
Por eso, Podemos presiona a la vicepresidenta segunda para que concrete ya su proyecto político. Díaz, sin embargo, no está por la labor, según reitera su entorno a este diario. No quiere mancharse en el barro andaluz. En medio, hay una lucha soterrada por el papel de los partidos y lo que pase más allá de Despeñaperros decidirá el papel de Podemos en la hoja de ruta de Díaz hacia las elecciones generales.
Lo cierto es que Andalucía se va a convertir en un laboratorio. Y los morados enfrentan un reto complicado. La última encuesta oficial de la Junta, el llamado 'CIS andaluz', les sitúa por delante de Adelante Andalucía, la coalición de Teresa Rodríguez, que entraría por la mínima en el Parlamento regional.
Presión según el resultado
La cuestión es que si los morados no se hunden estrepitosamente, como apuntan los sondeos, podrán recordarle a Díaz que ellos tienen los mejores instrumentos para su orquesta. Y eso les serviría para presionar a la titular de Trabajo e intentar pilotar parte del proceso de nombres que integrarán la herramienta política "de país" en el que piensa la vicepresidenta segunda.
Podemos emite mensajes muy sonoros sobre el papel predominante que tienen que tener en el proceso de reconfiguración de la izquierda por el peso político del partido. El problema sería que Podemos pinchara en Andalucía, porque eso reafirmaría a Díaz en su estrategia de marcar distancias de la marca morada, tan desgastada que se ha convertido en un lastre, como reconocen ellos mismos.
Andalucía es una buena plazaUn alto cargo de Podemos
Eso sí, Podemos en Andalucía no está solo. Comparte casi a partes iguales el poco poder que tiene. De los 17 diputados que lograron hace tres años, 11 fueron morados y 6 de Izquierda Unida, con quienes concurrieron en la marca Adelante Andalucía que ahora lidera Rodríguez en solitario tras la guerra cainita que libró con Podemos y que les separó.
Por si acaso, la líder de Adelante Andalucía ya está tomando posiciones, postulándose ante la vicepresidenta. Rodríguez lleva varios días alabando los planes de Díaz. En una entrevista en Nius dijo estar "completamente dispuesta" a participar: "Es interesante que ocurran cosas que puedan provocar efectos inesperados". Para la dirigente anticapitalista, "cualquier iniciativa que ponga en común políticas de cambio es interesante".
Altos cargos morados, no obstante, señalan a este diario que "Andalucía es una buena plaza" para ellos. En el partido hay confianza en que pueden hacer un buen papel en solitario. Aunque tampoco se llevan a engaño y reconocen que la subida de la marca que detectan los sondeos se debe al 'efecto Díaz'. Y que presionen a Díaz para que arme su proyecto en Andalucía levanta suspicacias en la vicepresidenta, porque no ve a sus aliados tan dispuestos a aceptar que haga y deshaga a su antojo a nivel estatal.
Un difícil contexto
El contexto político complica la situación para la izquierda en Andalucía. Díaz está centrada en resolver el último escollo para pactar la reforma laboral: la temporalidad. Los días pasan y la nueva legislación laboral, que tiene que estar lista antes de que termine el año, no termina de concretarse. Más allá de los plazos, hay una clave a tener en cuenta. La agricultura es uno de los sectores con mayor nivel de temporalidad. Y Andalucía una de las regiones donde más peso tiene.
Díaz no quiere levantar nuevos frentes en el Sur, donde la protesta de los trabajadores del metal, en Cádiz, ya le ha generado algún que otro roce con el PSOE. La ministra de Trabajo, que según su equipo "ayudará en lo que pueda" a Podemos en Andalucía, está haciendo encaje de bolillos para terminar con una norma que no eche más leña al fuego del descontento social.