La inestabilidad política y la incertidumbre son los mayores enemigos de los empresarios, que son los que realmente crean empleo. En Cataluña esta premisa se está convirtiendo en el estandarte contra el soberanismo oficialista que preocupa a un mayor número de empresarios cada día, dispuestos a alzar su voz frente al oficialismo imperante. La denominada sociedad civil catalana –profesores de universidad, profesionales liberales y empresarios- contraria a la deriva independentista del gobierno de CiU –propulsado por la Assemblea Nacional Catalana que lidera Carme Forcadell y ERC-, está despertando desde que el pasado 9 de Noviembre Artur Mas cumplió con su amenaza de convocar a los catalanes a una consulta de autodeterminación sin efecto legal ni jurídico, rechazada tanto por el Congreso de los Diputados como por el Tribunal Constitucional.
Desde aquel día, el presidente Mas se ha enrocado aún más en su postura rupturista y de defensa clara de la independencia, línea reflejada en su nueva hoja de ruta: 18 meses tras unas elecciones autonómicas que él quiere convertir en plebiscitarias, con eliminación de la estructura de partidos para que concurran a las mismas dos bloques: el secesionista y el constitucionalista. Una dicotomía que preocupa de forma creciente a empresarios y emprendedores catalanes.
“Cada vez somos más los que rechazamos la deriva secesionista de Mas y de ERC”
“Cada vez somos más los que mostramos públicamente nuestro rechazo ante la deriva secesionista de Mas y de ERC”. El que así se expresa es un empresario barcelonés de 64 años, que en la última semana ha asistido a dos eventos en Barcelona a favor de la Constitución y del Estatuto de Autonomía, y que siendo votante de izquierdas está muy preocupado por las consecuencias de una hipotética independencia de Cataluña, de cuyas repercusiones negativas –pérdida de inversión extranjera, estrechamiento del mercado, previsible salida de la UE, caída del PIB, encarecimiento del crédito bancario, etc.- ni Artur Mas ni el líder de ERC, Oriol Junqueras, parecen querer enterarse ni dar explicación alguna, al menos antes de las previsibles elecciones anticipadas de marzo de 2015.
De hecho, la pérdida de inversión extranjera ya es una realidad que se ha acentuado este año desde que Mas iniciara su proceso soberanista tras las autonómicas de 2012 que le hicieron perder 12 diputados. La caída media de la inversión exterior en España, que ha sido del 33% de enero a junio de 2014, en Cataluña se elevó hasta el 58%. La comunidad registró una entrada de 523 millones en el primer semestre, 745 millones menos que en el mismo período de 2013, cuando entraron 1.268 millones de capital extranjero.
Una cifra en la que no se incluyen las realizadas en las llamadas ETVE (Empresas de Tenencia de Valores Extranjeros) y que comparada con la inversión media en los mismos períodos de los últimos años, de 1.212,5 millones de euros, supone una caída del 56,8% en términos reales y de 689,5 millones en valor. Así, según datos del Registro de Inversiones de la Secretaría de Estado de Comercio, Cataluña ha perdido 7,4 puntos de cuota en la entrada de capital exterior, pasando de representar el 19,2% del total en el primer semestre de 2013 a sólo el 11,8% durante el año en curso.
Por el contrario, la Comunidad de Madrid, con menor presión fiscal para las empresas gracias al recorte del Impuesto de Sociedades e IRPF, cuyo tramo máximo es del 52% comparado por el 56% en Cataluña, recibió 3.039 millones de euros de inversión extranjera entre enero y junio, un 16,5% menos que en 2013. Sin embargo, Madrid incrementa su cuota hasta el 68,6% del total de los capitales productivos que han entrado en España en el período.
“Nadie explica aquí las consecuencias de la aventura”
“Lo que más me preocupa es que un proceso de separación de Cataluña dividirá a la sociedad en dos bandos y nuestro mercado en el resto de España, en mi caso como productor de vinos, se verá muy afectado. Nadie nos explica en el gobierno catalán estas consecuencias; ellos están centrados en el debate sentimental”, prosigue Ricard Andreu. Y añade: “Ya no puede sostenerse más el conflicto permanente del gobierno catalán con el Gobierno central, tanto Rajoy como Mas deben alcanzar un acuerdo pero dentro de la Constitución y el Estatuto sin rupturas”, concluye.
Las palabras de Andreu han sido compartidas por grandes empresarios catalanes en las últimas semanas. Uno de los empresarios que ha alzado la voz es José Ferrer, presidente de honor y uno de los dueños de Freixenet, la multinacional del cava más importante de España en cuanto a producción y exportación. “Cataluña y el resto de España deben aprender a convivir en el marco constitucional”, ha declarado. Y el presidente de la firma, José Luis Bonet, que también dirige la Fira de Barcelona y ha sido nombrado presidente de las Cámaras de Comercio de España, defiende igualmente la “unidad de mercado y los beneficios que Cataluña ha cosechado con la actual Constitución y con el Estatuto de Autonomía”. Este posicionamiento tan claro en contra de la deriva secesionista les ha costado fuertes críticas de sectores nacionalistas de CiU e independentistas de ERC, que han pedido abiertamente el boicot a los productos de Freixenet, incapaces de soportar que en el tradicional anuncio de las burbujas que se emitirá en Navidad en toda España se brinde “por otros cien años juntos”.
Empresaris de Catalunya quiere "dar voz a todos los empresarios que tienen miedo”
Otra muestra de que los empresarios catalanes, ya sean conocidos o no, están despertando es el anuncio de la creación esta semana de una nueva agrupación empresarial que abiertamente se ha posicionado a favor del marco constitucional y de la unidad de mercado. Un centenar de pequeñas y medianas empresas se han unido para hacer frente al independentismo del “Govern” y “dar voz a todos los empresarios que tienen miedo”.
El vicepresidente primero de la asociación Empresaris de Catalunya, José Bou, ha explicado que los grandes empresarios "no se atreven a salir" porque eso supondría "ponerse a mal con el poder" y sus empresas, "que a veces son fabulosos gigantes con pies de barro", tienen "contratos con la administración" y "subvenciones". Bou ha asegurado que entiende su postura y cree que, si él estuviese en la misma situación, tal vez "sería uno más de los que están a la cola", pero espera que se unan a la nueva asociación cuando vean cómo salen a dar la cara aunque se "la partan". Según Bou, el objetivo de Empresaris de Catalunya es "alertar de las consecuencias negativas económicas, evidentemente políticas, e incluso morales y de convivencia" que podría tener la independencia de Cataluña, añadiendo que van a "luchar contra un Govern", que, a su juicio, "gobierna para un tercio. El resto, estamos a la intemperie".
Consecuencias negativas de la independencia
La nueva asociación, formada por directivos y profesionales liberales de sectores muy diversos, nace con el objetivo de exponer su visión sobre la situación económica catalana y española, y de alertar de las consecuencias negativas que la independencia de Cataluña tendría para el conjunto de la sociedad. El empresario Mariano Ganduxer, presidente del Grupo Bonanova, lidera la asociación, que asegura ser "independiente de cualquier órgano de poder, ya sea político o empresarial", y que busca representar a una amplia diversidad de empresarios "de todos los tamaños y sectores".
A ella pertenecen empresarios como Ramón Romagosa, Ferrán Brunet, Enrique Saegner, Jorge Buxadé, María Moya o Sergio Martínez Campos. A través de actos en todo el territorio catalán, Empresaris de Catalunya quiere dar a conocer su visión sobre el mercado para que las empresas y la ciudadanía en general tengan "una información veraz, contrastada y útil" de los riesgos que conlleva el proceso independentista. La asociación se presentará oficialmente en sociedad el próximo 11 de diciembre, en un acto en el que hará público un manifiesto en defensa del papel de Cataluña y los catalanes en la economía española y de una España fuerte "dentro del proceso de desarrollo e integración de la Unión Europea".
Estos empresarios se sienten “abandonados” por las grandes asociaciones empresariales, sobre todo por la Cámara de Comercio de Barcelona que preside Miquel Valls, que abiertamente defiende la política de confrontación con el Estado del presidente Mas y que ha suscrito el denominado “Pacto Nacional por el Derecho a Decidir”, junto con la asociación empresarial de Terrassa, Cecot, también abiertamente favorable al proceso secesionista.
Un empresario que defiende el diálogo y el pacto político, así como que la Generalitat aumente su participación en la gestión de impuestos, es el presidente de la mayor patronal catalana, Fomento del Trabajo, que representa a la CEOE en Cataluña. Joaquim Gay de Montellá ha instado al gobierno de la Generalidad a terminar la legislatura autonómica para evitar que se produzca un “desconcierto” tanto a nivel político como institucional. Montellá también ha apelado al valor de la “estabilidad y la seguridad jurídica” en Cataluña, advirtiendo de que “es muy difícil construir pero muy fácil destruir”, y que “es bueno que gobiernos, empresarios y sindicatos apostemos por la estabilidad, para que el inversor que crea riqueza recale en Cataluña”.
El despertar empresarial se produce cuando muchos de los integrantes de la sociedad civil catalana ya participan abiertamente en actos sociales y políticos organizados por los partidos catalanes que defienden la unión, la Constitución y el Estatuto y que rechazan el proceso soberanista. Un buen ejemplo de dicha participación se vivió la semana pasada en Barcelona, donde cerca de 900 personas abarrotaron el auditorio Axa de la Illa Diagonal de Barcelona, con la presencia de dirigentes del PSC, -con el ex president José Montilla y el primer secretario, Miquel Iceta- a la cabeza, del PP de Cataluña, con Alicia Sánchez-Camacho, y con miembros de las direcciones de Ciutadans y UPyD. Lentamente, algo se empieza a mover en la sufrida y callada Cataluña no independentista.