El Gobierno del Principado ha rebajado el nivel de alerta por incendios forestales ante la estabilización de la mayoría de los fuegos declarados en la comunidad y por la evolución favorable de las condiciones meteorológicas.
El Ejecutivo regional ha decretado el paso del Plan Especial de Protección Civil por Incendios Forestales (INFOPA) a situación de emergencia en fase 1, en la que los fuegos requieren para su extinción los medios, procedimientos y protocolos de uso habitual con la aplicación de operativos especiales.
En estos momentos, los setenta incendios contabilizado están "controlados y estabilizados", salvo un fuego registrado en Parres y otro en Belmonte de Miranda, por lo que se están empezando a retirar efectivos de apoyo que se han desplegado durante los últimos días en la comunidad, entre ellos los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Así lo asegurado este sábado el gerente del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), Óscar Rodríguez, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado del presidente del Principado, Adrián Barbón, para hacer balance de la oleada de incendios que han afectado con especial virulencia a la zona occidental y han obligado a evacuar a cerca de 400 personas.
En estos momentos, solo dos incendios, en Aballe (Parres) y Cutiellos (Belmonte de Miranda), aún no están estabilizados, si bien la llegada de la lluvia ayudará en los trabajos, ha señalado el gerente del SEPA.
Tras insistir en que ambos fuegos tienen una "evolución favorable", ha estimado en unas 11.000 las hectáreas que se han visto afectadas en la zona occidental y entre 30 y 40 hectáreas en el Monte Naranco, aunque aún está por evaluar con precisión los daños.
Los incendios registrados a lo largo de los últimos días en el Principado han obligado a la evacuación de 375 personas y al corte de carreteras -entre ellas la A-8 durante doce horas-, y han provocado la quema de construcciones, como hórreos y cuadras, si bien no se ha quemado ninguna casa habitada, ha precisado.
El gerente del SEPA, que ha destacado la "velocidad extrema" con la que ha actuado el fuego, ha señalado que han sido jornadas "muy duras de trabajo "con mucho peligro" en las que no ha habido heridos.
Por su parte, el presidente del Principado ha asegurado que Asturias vive una situación de "emergencia" ante esta oleada de fuegos, la peor desde 2017, que han sido provocados por unos "auténticos terroristas" que "han puesto en riesgo la vida de personas".
"Hay que ser conscientes de que pudo haber cientos de muertos a lo largo de estos días", ha advertido el jefe del Ejecutivo asturiano, quien ha asegurado que, en algunos momentos, "Asturias ardía por los cuatro costados".
Tras reiterar que los fuegos "han sido premeditados", ha recalcado que hay que identificar a los responsables para que "paguen con toda la fuerza del código penal". Asimismo, ha garantizado que cuando este episodio concluya se "evaluará la estrategia de defensa y prevención" de incendios para tratar de "paralizar a estos criminales".
"No hay explicación posible al incendio del Naranco. Se prendió en doce puntos a la vez", ha alertado.
El presidente ha puesto en valor el trabajo de todo el operativo y ha apuntado que el Principado está recabando datos para solicitar que Asturias "o al menos las zonas con mayor afectación" sean declaradas zona catastrófica.
Barbón y el gerente del SEPA han mantenido en La Morgal una reunión telemática con alcaldes y alcaldesas de los municipios afectados por los incendios.